Capítulo II: Desayuno y Rumores

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En toda escuela,
sin importar donde este existen los rumores,
algunos pueden sonar irrealistas y otros absurdos,
pero todos pueden dañar a alguien,
herir sus sentimientos, sin embargo:

"Nunca pude comprender, ¿por qué no era mi caso?"

......

Tsuna decidió levantarse un poco más tarde, había prometido tomar el desayuno con su madre a partir de hoy, por lo que esperaba todo estuviese tranquilo, cuando va bajando las escaleras es recibido por un agradable aroma, más bien varios, eso le confundió. Al entrar en la cocina, encuentra a su madre sirviendo en la mesa varios platillos de comida con una gran sonrisa.

- Buenos días, Tsu-kun- le saludo alegre al ver a su hijo parado a un lado de la puerta

Nana Sawada, una mujer con cabello castaño sobre sus hombres, ojos color chocolate que brillaban con alegría y siempre portaba una hermosa sonrisa en su rostro. Ella era la mujer más amable y cariñosa en el mundo, que cargaba con un hijo como él, la única que aún seguía a su lado, y por la que estaba dispuesto a cualquier cosa para que esa sonrisa siguiera intacta, aun si eso significaba perder su vida. El menor parpadea un par de veces al ver que ella y por poco no preparaba un banquete.

- Buenos días...-se sienta siendo observado en todo momento, mantenía su mirada baja, había pasado tiempo desde la última vez que comieron juntos, sino recordaba mal eso había sido en su último año de la primaria.

- Ten –puso un plato de arroz junto a él, en el comedor tenían varios platillos, huevos revueltos, pan tostado, ensalada, etc, etc. – Adelante, adelante! Tsu-kun, puedes comer lo que quieras- tenia su rostro apoyado en sus manos, sonriéndose

- Ah...Kaa-san, ¿No es demasiada comida para nosotros dos?-pregunto

- ¿Eso crees? –puso un dedo en su barbilla pensativa –En ese caso tendré que darte un gran almuerzo también –puso su manos en son de aplauso inclinando su cabeza.

- "¿Acaso ya lo había planeado?" – se cuestionó, negando después con su cabeza, junto sus manos en son de aplauso –*Itadakimasu...-dijo para tomar los palillos, su madre le observaba expectante a las reacciones prácticamente invisibles que pudiese mostrar, probo el arroz mezclado en el guiso de pollo, sus ojos se abrieron ligeramente – Delicioso – susurro, observando como la mujer se emocionaba con su cumplido.

- ¡Me alegro! Lo prepare tal y como te gusta – exclamo tomando ella también un bocado de su comida

Con cada pequeño alago que el menor le hiciera a la comida, la mujer se alegraba más, y eso le hacía sentir más tranquilo a como estaba ayer. Aunque la comida estaba deliciosa, no había comido mucho, se había acostumbrado a no comer en varias ocasiones. Su madre le había envuelto las sobras del desayuno en una caja de almuerzo, lo puso en su bolso ahora estaba más pesado que antes.

Se despidió de su madre yendo rumbo a la escuela, la mañana pasaba sin contratiempos, clases aburridas, compañeros hablando entre ellos, otros llorando por olvidarse los deberes, discusiones con los delegados de clases, uno que estaba más aplicado que otro el otro en ese puesto. Como siempre todo iba igual, nada inusual, tenía su vista fija como siempre en la ventana viendo las nubes pasar con lentitud, el clima afuera debía ser bueno, con ese pensamiento en mente decidió comer afuera.

En el almuerzo, al abrir su bento, vio que estaba muy surtido con acompañamientos y sobras del desayuno, suspiro empezando a comer su madre se había emocionado de más, estaba recostado del otro lado de la puerta siendo protegido por la sombra del muro, no tardó mucho en terminar pues era demasiado para él. Se quedó observando el cielo un instante, mirarlo siempre le daba una sensación de tranquilidad, tomo su libro y reanudo la lectura por donde lo había dejado, aunque por su mente empezaron a correr los recuerdos de su pequeño encuentro de ayer.

[AU] Sentimiento EncontradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora