[AU] Sentimiento Encontrado

Cap VI : Un gran malentendido

Una nueva mañana se hacía presente en la ciudad, los estudiantes caminaban tranquilamente en dirección al instituto entre conversaciones y bromas de por medio. El castaño como siempre iba leyendo un libro a paso tranquilo entre los demás, a diferencia de los días pasados ya no tenía marca alguna en la cara.

Agradecía que su cuerpo se recuperase rápido, no le gustaba haber tenido que evitar a su madre durante esos días para que no le viese y empezara a preocuparse. Siguió pasando las páginas sin prestar mayor atención a su entorno.

Ya en la entrada del instituto los subordinados de Hibari no estaban registrando a los estudiantes como ayer –cosa que muchos agradecían- en ella solo estaba Kusakabe Tetsuya, siendo secundado por otro, mientras observa a todos llegar, diviso que entraba el castaño del "archivo incompleto" como lo llamo su jefe.

No tenía órdenes de retenerlo, ni de notificarlo, aun así sentía cierta curiosidad, ¿Seria ese chico el que golpeo a su jefe ayer? No parecía posible, su estatura, cuerpo, ni siquiera sentía un aura de autoridad emanar de él.

– Kusakabe-san ¿Ocurre algo?- pregunto su acompañante

– ­No, no es nada– ya después se lo notificaría a su jefe, aun si no lo había pedido

....

...

Sawada entró al salón sin necesidad de saludar ni que le saludaran, fue directo a su asiento y siguió con su lectura. En eso entra Kurokawa, dándolos habituales buenos días al entrar y saludando con la mano a sus compañeras.

– Hana-chan ¿Cómo estás?- pregunto una

– Escuchamos que otra vez tuviste que ir sola a la reunión de comité, debe ser duro...-le compadeció otra

– No entiendo por qué ese idiota sigue queriendo ser delegado si ni siquiera se esfuerza –Suspiro cruzando sus brazos, ya se sentía bastante cansada.

– Quien sabe, ¿no será que le gustas?-dijo la primera en tono bromista

– ¿Estás loca? Para nada, y si así fuera pierde su tiempo- aseguro rápidamente, ahora tenía una idea del porque ese chico se había ofrecido de delegado, pero seguro no era por ella.

– Entonces... ¿Qué vas a hacer?-

– No lo- -giro su vista a un lado, observo al castaño leyendo, como siempre se mantenía tranquilo.

– ¿Qué pasa? –preguntaron pero la oji gris se alejó yendo hacia el contrario -¡¿H-Hana-chan?!– debía ser una broma ¿verdad? No podía estar pasando

– Yo, Sawada- le saludo la joven con una media sonrisa parada a un lado de su escritorio.

El castaño levanto la mirada de su libro para ver a la chica a su lado, eso era nuevo, nunca se acercaban a saludarlo, más bien, no le saludaban, a penas y se acercaban a decirle sobre algún recado del profesor y eso pocas, muy pocas veces ocurría.

– Kurokawa-san...–tardo unos segundos en procesar– Buenos días– hizo una reverencia con su cabeza, debía recordar sus modales.

– ¿Qué con esa pausa?- dijo en tono divertido alzando una ceja y poniendo una mano en su cintura, el contrario solo se alzó de hombros. –Veo que tu mejilla ya está mejor– señalo a su cara. –Eso es bueno ¿no?

– ...- no sabía cómo responder a eso ¿por qué sería algo bueno? Supuso que era porque así ya no evitaría a su madre, pero no es como si ella lo supiera.

– Debes tener más cuidado la próxima vez, por suerte no fue algo muy grave– desvió su vista a un lado, ella tenía un aura agraciada muy diferente al resto de sus compañeras.