Veintiséis de septiembre

17 1 0
                                    

26/09/16
Continuación del capitulo anterior:
Llegue a mi pueblo y Marcos me seguía hablando y yo le seguía ignorando, me hablaba de temas sin sentido, me mandaba fotos de su gato y me hablaba de los Pokémons, y yo me replantee si cambiarme de numero, tras llegar a mi pueblo me temí lo peor, ya que mi madre me dijo que había visto a su madre y que le había preguntado por mi, en esos momentos yo me temí lo peor, asi que tuve la brillante idea de irme toda la mañana fuera de mi casa.
Mi madre me mando ir a ayudar a mi tía, yo fui y llame a la puerta, y nadie abría yo me aferré a seguir llamando pero fue en vano ya que no había nadie en su casa, baje la calle y alli fue donde casi me da una taquicardia tras encontrarme a semejante engendro por la calle.
No se si lo he puesto pero si no lo repito, yo iba a por un delicioso pollo con patatas fritas para comer.
Desgraciadamente no pude correr y me vio, me vi no a dar dos besos que por cierto casi me hunde los pomulos, y no me sorprendio cuando me dijo que iba a mi casa a llevarme un melón.
Yo que estaba felizmente con mi prima, me viene a dar el melón y como yo no lo queria lo solto, se calló y se aboyo.
Se fue corriendo y desaparecio entre las calles de mi pueblo.
Y ahora viene lo peor de la historia:
Tras esa escenita calles a bajo yo ya iba a por mi delicioso pollo con patatas, y llego a la tienda y me dice el dependiente que no hay patatas.
Ahí sentí como mi corazón se paraba.
El melón que ni siquiera me comí me costo mis deliciosas patatas fritas.
Con asco y con hambre de patatas una resentida Alison. Posdata deja de traerme fruta, psicópata.

Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora