Nobody Cared - Etherian

Capítulo 3.- 7 De Septiembre

7 De Septiembre De 1991 - Sábado

El prefecto Gordon Billock, a cargo de los dormitorios de los niños, se encontró con una suave niebla de plumas de ganso y hacia abajo mientras abría la puerta de la habitación de Harry y Draco. Su jefe de casa le había enviado a ver a los dos chicos que no habían llegado a desayunar.

—¡Arriba, arriba! —Gruñó Gordon. Sacando su varita, salpicó a cada chico con un Hechizo de Aguamenti bien frío.

Draco y Harry se despertaron, ambos chillando por el agua helada. Salieron de sus camas apresuradamente, limpiándose el sueño de sus ojos.

—¡Es sábado! —Draco estalló enojado—¡Siempre duermo hasta tarde los sábados! —.

—Ya no es así, Malfoy. El desayuno es a las 9 a.m. los sábados y ya conoces la regla: no se deben omitir comidas y los dos se saltaron el desayuno—Miró alrededor a todas las plumas—El profesor quería que tú, Potter, te encontrarás con él a las 10 de la mañana en el Hall de entrada. No creo que eso sea...—.

—¡Sí, será! —Harry interrumpió—¡Podemos limpiar esto! —Harry miró preocupado a Draco quien solo se encogió de hombros.

—Tempus—Dijo Gordon mientras agitaba su varita. Estudió los números brillantes que aparecían justo enfrente de él—Ambos tienen media hora ¡Adelante! —.

Harry comenzó a recoger las plumas al segundo que Gordon había dejado su dormitorio. Durante varios minutos, Draco observó con una ligera mueca de desconcierto.

—No dijo que tuviéramos que hacerlo de la manera muggle, Harry—Declaró finalmente Draco.

Harry se levantó—¿Qué? ¿De qué otra manera vamos a limpiar esto? —.

—Invocamos a un elfo doméstico—.

Los ojos de Harry se agrandaron—¡No se supone que hagamos eso, Draco! —.

—Como si alguien lo fuera a saber—Jadeó Draco—¡Elfo doméstico! —.

Para sorpresa de Harry, un pequeño ser de piel marrón con una cabeza grande y brazos y piernas delgados que usaban un trapo de cocina bordado con el escudo de Hogwarts apareció en su dormitorio.

—¿Los jóvenes maestros convocaron a Girty? —El elfo doméstico sonrió y sacudió la cabeza.

Draco ordenó—Limpia este desastre—.

—¡No! ¡No! —Harry gritó. El elfo doméstico estaba a punto de chasquear los dedos, pero se detuvo ante la orden de Harry.

—¡Harry! —Gruñó Draco.

—¡Esta en contra de las reglas! —La voz de Harry se rompió cuando gritó.

—¡Es una regla estúpida! —Draco gritó de regreso.

—¡No lo es! —.

—¡Lo es! —.

—¡No lo es! —.

—¡Lo es! —.

El temperamento de Draco se fue al techo de la mazmorra y este saltó sobre Harry y comenzó a golpearlo. Hubo un ruido sordo en las escaleras cuando Gordon se estrelló contra el dormitorio. Agarró al niño más cercano, Draco, y se lo quitó a Harry, que estaba acurrucado en una bola, protegiéndose la cabeza. Sabiendo sin ver que su atacante se había ido, Harry, aun conservando su forma de erizo enrollado, se revolvió entre el costado de su cama y la mesilla de noche.

—¡Esquina, Malfoy! —Espetó Gordon. Cuando parecía que Draco iba a protestar, Gordon lo fulminó con la mirada—¡AHORA! —.

Draco se dirigió hacia la esquina de su cama y lo enfrentó con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido en su cara.