Capítulo 23

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Narra Jimin.

Jungkook me besó...

Bueno, técnicamente yo lo había besado primero, pero luego él me besó, y por la brutalidad con la que lo hizo no parece que le haya disgustado. Miré a mi puerta en silencio. Podía ver el jardín, los rayos naranjas del atardecer rozaban las flores secas suavemente. Sonreí como un tonto, una ola de felicidad y alivio pasó sobre mí.

Felicidad porque acababa de tener el mejor beso de toda mi jodida vida, y alivio porque Jungkook no me había rechazado. Llevé una mano hacia mis labios, juraba que aún podía sentir los suyos chocando contra los míos. Nunca pensé que un beso podía hacerme sentir tantas cosas. Me habían besado antes, pero nunca me sentí así luego de ello.

Enrealidad, en todos mis intentos anteriores nunca había llegado a profanar la boca de la otra persona, ni viceversa. Nunca había dado un beso francés, nunca había lengua. Jungkook, por otro lado... Bueno, el chico hizo desastres en mi cuerpo, nunca había estado tan caliente en mi vida. Si el aire no se hubiera acabado en nuestros pulmones, juro que podría haberme quedado por el resto de mi vida pegado a sus labios. Sin embargo, dudaba que eso pudiera pasar porque Jungkook no se encontraba por ningún lado. La realidad llegó a mí como un cubo lleno de agua helada.

Jungkook no estaba.

Jungkook se había ido.

Nunca había estado tan confundido con respecto a mis emociones. Estaba súper feliz hace unos segundos, pero ahora la tristeza se apoderaba de mí... Aunque una parte seguía chillando a causa del beso.

Qué momento tan agridulce...

El viento cerró mi puerta de un movimiento muy violento haciéndome sobresaltar. Había estado en una especie de trance.

El teléfono de la casa estaba sonando...

¿Jungkook está llamando? ¿Me explicará por qué se fue así? Eso no suena como algo que él haría, pero aún podía haber una posibilidad.

Juntando un poco de coraje contesté el teléfono.

-Eh, ¿hola?- estuve unos momentos en silencio tratando de encontrar mi voz.

-¡Jimin!- la voz de mi mamá invadió mis oídos. Estaba aliviado y decepcionado al mismo tiempo, dios necesitaba ponerle un fin a estas emociones contradictorias en mí.

-Hola, mamá.

-¿Dónde estabas? He estado llamando desde hace un buen tiempo.- su tono no era de molestia, pero si denotaba exigencia. Sintiéndome como un ladrón sorprendido en el acto, tragué saliva.

-Yo estaba...

Comiéndome con el amor de mi vida en nuestra sala de estar.

Sí, como si fuera a decir eso. Necesitaba inventar algo creíble, pero viniendo de mí, sabía que no iba a resultar muy bien.

-Yo estaba...- me callé de nuevo.

¡No digas nada estúpido! ¡No digas nada estúpido!

-Yo estaba... ¿Comiendo?- terminé con incertidumbre.

Ok, no ha salido tan mal.

-¿Comiendo?- mamá repitió con incredulidad.- ¿Comiendo qué?

-Nueces.

¡Oh, ya decía yo que lo estabas haciendo demasiado bien!

-No te gustan las nueces.- recordó.- ¿Qué está pasando, Jimin? ¿Está todo bien?

-Todo está absolutamente, indudablemente, perfectamente bien.

¡Diarrea verbal! ¡Sí! Gracias, Jimeno.

My Wattpad's Hater •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora