Capítulo 22

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Narra Jimin.

Ok, esto era mucho más difícil de lo que pensaba.

Tan pronto subí a la camioneta de Jungkook y cerré la puerta, pude sentir la tensión formándose en el aire. Era tan pesada que luché contra la sensación de querer saltar por la ventana y salir corriendo. Él subió también, abrochó su cinturón de seguridad y me dedicó una sonrisa.

No hagas eso, por favor.

-¿Listo?- preguntó, dándome una mirada rápida. Me encantaban sus ojos, eran tan profundos. El color negro en Jungkook se veía tan irreal.

-Sí.- respondí con nerviosismo. Jungkook me sonrió y se acercó. Dejé de respirar mientras veía como su hermoso rostro se encontraba cada vez más cerca del mío. Su oscura mirada cayó en mis labios.

¿Va a besarme?

Pasó un brazo por mi cintura. Estábamos tan cerca, su aliento chocaba contra mis labios. Tragué saliva.

-Jimin...- su profunda voz activó todas las sensaciones nerviosas de mi organismo.

-¿S-sí?- tartamudeé, sin poder dejar de mirar a sus ojos.

-Nunca olvides el cinturón de seguridad.- fruncí el seño y luego escuché un sonido de clic. Jungkook se inclinó hacia atrás y se acomodó en su asiento.

Me tomó un par de segundos comprender que era lo que había pasado. Miré hacia abajo para ver el cinturón de seguridad y entendí todo. Cuando volteé para mirarlo él estaba sonriendo victoriosamente.

-Ahora si estás listo.- dijo divertido y comenzó a conducir. Observé su perfil, definitivamente disfrutaba el jugar conmigo. Era más que obvio que él sabía sobre mis sentimientos, esto no era justo.

-Te ves lindo cuando te sonrojas.- susurró con la vista al frente, en el camino.

-No estoy sonrojado.- afirmé, a pesar de que sentía mi cara arder.

-Sí, claro.

Entrecerré los ojos en su dirección. Abrí la boca dispuesto a decir algo, pero la cerré cuando mis ojos calleron en su tatuaje. Lo podía observar claramente ahora. No pude evitar la curiosidad que me invadió. Nunca había sido fan de los tatuajes, pero este se veía muy bien hecho, además, quedaba a la perfección con la personalidad de Jungkook: misterioso y oscuro.

-¿Dónde te hiciste eso?- pregunté, mis ojos pegados en las líneas oscuras en su cuello.

-¿Qué?- me miró por el rabillo del ojo.

-El tatuaje.- la sonrisa de Jungkook se desvaneció, pareció dudar por unos segundos.

-Me lo hice en la tienda de tatuajes de un amigo.

-¿Por qué?- la pregunta se escapó de mis labios sin que pudiera, siquiera, procesarla.- Quiero decir, tiene que haber una razón detrás de ese tatuaje. Un significado.

-No.- respondió rápidamente.- Era joven y estúpido. Además, había bebido bastante.

-Eso no parece un tatuaje de esos que las personas borrachas se hacen.- dije sinceramente.

-Entonces, ¿qué parece, Jimin?- su tono se volvió frío y cortante. Estaba sorprendido por su repentino cambio de humor. Sus manos se aferraban del volante con fuerza.

Ok, tal vez no debería haber preguntado nada.

-Lo siento, no fue mi intención...- me callé sin saber que más decir. Jungkook dejó escapar un largo suspiro.

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