Parte 3 Sellado 💍

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  Ya en casa cuando todos se encontraban sentados en la mesa de cristal...

Mária: -mostrando su molestia con su cara- ¡Te dijimos Manue y yo lo que debías de hacer! Debes ocultar tus habilidades, recuerda que nadie debe saber cómo eres en realidad, ¿por qué crees que nos pusieron a tú cuidado?

Klerck: Pero...

Mária: ¡Nada de peros! Rompiste el juramento que nos habías hecho, ahora no tenemos más opción que sellar tu poder. -se lleva las manos a la cabeza- Esto es malo esto es malo esto es maloooooo.

Manue: -apareciendo detrás y abrazandola- Debes tranquilizarte primero.

Mária: -soltando su cabeza- Tienes razón, -suspira y Manue la suelta- voy a tener que tomar esa opción.

Klerck: ¿Esa opción? -volteaba a mirar a ambos desesperadamente buscando una respuesta- ¿Que van a hacer conmigo?

Manue: Tranquilo chico -le puso su mano en la cabeza y le empezó a acariciar- nada malo te va a pasar, solo vamos a prevenir este incidente de nueva cuenta - suelta al chico-.

Mária: Para que lo entiendas mejor, -se levanta de la mesa para tomar un collar con un cristal azul que se encontraba dentro de un baúl detrás de donde ella se sentaba- tendrás que ponerte este collar -le da el collar a Klerck-.

Klerck: -tomando el collar- Y esto, ¿para que me serviria?

Mária: Pontelo y lo sabrás.

  Al meterse el collar, el cristal comenzó a brillar.

Mária: Es peor de lo que pensaba -corrió rápidamente al baúl y sacó cuatro pulseras con 7 cristales cada una y se las dio a Klerck- pontelas en los brazos y piernas rápido, las necesitarás.

  Al momento, Klerck se las puso y todos los cristales comenzaron a brillar con menor intensidad que el del collar. Mária, volvió a revisar el baúl y sacó un anillo con un cristal y se lo dio a Klerck. Al ponérselo, todos los demás cristales comenzaron a dejar de brillar lentamente hasta que la luz desapareció.

Klerck: -mirando a Mária con descontento- Oye, ¿qué fue eso?

Mária: Mira, -poniendo su mano derecha sobre su cara y quitando después- esos cristales son sellos para tu poder, de ese modo no mostraras todo tu poder en realidad, y también podrás vivir una vida tranquila sin que te llamen adefecio. Aunque lo de error nadie te lo quita.

Klerck: -mostrando enojo en la cara- Y dime, ¿de quién es la culpa que yo sea un error?

Mária: -agarrando la cabeza de Klerck y mostrando una cara terrorífica- ¡NO ME ESTES JODIENDO MOCOSO!

Klerck: -respondiendo con la misma cara- ¿QUIEN JODE A QUIÉN MALDITA BRUJA?

Manue: -con un miedo que se reflejaba en su rostro- Po~po~porfavor, ¿podrían calmarse?

  Ambos se voltearon a verlo y regresaron a la normalidad.

Klerck: Entonceeeeeees, -sentándose en una silla y poniendo sus manos en su nuca- eso quiere decir que soy mucho más débil de lo que debería ser, ¿no es así?

Mária: Así es, de ese modo, eres vulnerable, débil, inútil, una sobra y un peón desechable.

Klerck: ¿Qué no el peón desechable eras tu para la fábrica?

Mária: -empezando a poner la cara de terror- ¡DEBERÍA DE ENSEÑARTE MODALES!

Klerck: Calmate Mária, -poniendo su mano frente a ella- ya que soy muy débil mientras tenga estas cosas, quiero pedirte un favor.

Mária: Mientras esté al alcance de mis posibilidades lo haré.

Klerck: Lo está, es por eso que te lo voy a pedir.

Manue: Todavía se me hace increíble que aún siendo un niño sea tan maduro -tallandose los ojos-.

Mária: ¿Y de quien es la culpa?

Manue: *Ugh*

Klerck: En fin, solo quiero cuatro pares de estas pulseras y nueve anillos más.

Mária: -mostrando sorpresa y duda en su rostro- No comprendo, ¿qué quieres lograr?

Klerck: -mostrando una sonrisa inocente- ¿Yo? nada, -cambiando a un modo serio- solo que en esta situación en la que estoy, mis poderes no están sellados en su totalidad, por el momento soy capaz de destruir este lugar y matarlos a los dos de un golpe.

Klerck: -mostrando una sonrisa inocente- ¿Yo? nada, -cambiando a un modo serio- solo que en esta situación en la que estoy, mis poderes no están sellados en su totalidad, por el momento soy capaz de destruir este lugar y matarlos a los dos de un g...

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Mária: Entonces te los conseguiré, -avanzando hasta la puerta de salida y deteniéndose en ella- solo que, no hagas ninguna locura.

Klerck: -llevando su mano derecha al pecho- Te lo agradezco, por tu confianza y cuidados.

Klerck - La fábricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora