Existe un lugar, en donde todo se crea: dioses, demonios, mundos, etc., es llamado, "La fábrica". La historia trata sobre un "socio" de "La fábrica" y la vida que se lleva ahí, también sobre como son en realidad las cosas para el "socio más fuerte".
Cuando ambos terminaron de comer, agradecieron y se retiraron del lugar. Comenzaron a andar por un camino más a la central y llegaron a el centro de compras. Ya ahí, Sharon lanzó un grito de emoción y Klerck le tapó la boca mientras que todos los demás ahí presentes les voltearon a ver:
Klerck: -avergonzado y nervioso- Lo lamento mucho, mi compañera está muy emocionada por el lugar.
Un desconocido: -se acerca a ellos con una sonrisa cálida- No te preocupes, nos paso a todos en algún momento.
Después de eso, todos los de alrededor volvieron a lo suyo y Klerck soltó a Sharon.
Sharon: -con un rostro de molestia- No era necesario que me tapes la boca.
Klerck: -con un rostro altanero- Lo hice para evitar cualquier problema.
Sharon se le quedó mirando detenidamente por unos instantes:
Klerck: ¿Qué?
Sharon: Nada, -aparta la mirada y da un giro sobre su pie izquierdo- ahora, ¿a dónde me llevarás y qué me compraras?
Klerck: Tengo una idea, vamos a recorrer el lugar, y si algo te llega a interesar pasaremos a comprarlo, ¿qué te parece?
Sharon: Es casi como si yo decidiera.
Klerck: Es exactamente lo que quiero. ¿Como vas a creer? solo quiero conocer mejor tus gustos para así poder saber que darte.
Sharon: Si es así entonces vamos. -tomó la mano de Klerck y lo empezó a arrastrar a la parte de arriba del edificio-
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Al llegar arriba, la desesperación y el inicio de una guerra se desató. Ya que era la semana de inauguración; varias de las tiendas de accesorios, ropa, calzado, restaurantes de comida chatarra y normales), centros de simulación (juegos en donde entras de manera virtual a un mundo aleatorio), tiendas de dulces y postres, tecnología, entretenimiento y herramientas del lugar, entre otros estaban hasta el tope de gente.
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A pesar de las dificultades (multitudes enfurecidas y consumidores compulsivos) pudieron entrar a una tienda de ropa para niños, ya dentro, Sharon decidió probarse un conjunto frente a Klerck:
