13. Besos.

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Allyson.

- ¡Hija!.

Mi madre había llegado de su inesperado viaje. Agarre a Maddison fuertemente del brazo, ella soltó un leve quejido. Mi madre me abrazó efusivamente, al mismo tiempo que saludaba a mi amiga, segundos después, se excusó diciendo que tenía cosas que hacer, como siempre.

- Mama...- Hablé, intentando entablar una conversación, pero fui interrumpida por mi madre.

- De lo que quieras hablar, lo haremos después. - Tras soltar esas palabras, subió las escaleras y fue a su oficina.

Solté la respiración que sin notarlo estuve conteniendo. Maddison comenzó a sobar su brazo, mientras hablaba sobre que aquello dejaría marcas. Y no me importaba, por ahora.

Lo que me importaba era aquel mensaje que me había llegado hace días atrás, aquel mensaje me dejó perturbada, me dejó confundida. ¿Que hacía mi madre ahí?. Ella me había dicho que estaba en la casa, con nuestros familiares esperando a mi padre y a mi hermano. Pero la fotografía era de ese día, recuerdo la vestimenta de mi madre, solo que tenía un par de botas diferentes, y la parte de un Jean quemado.

Esta bien, eso no lo había notado.

¿Jean quemado?. ¿Será posible que..?

No, será mejor preguntárselo. Pero si se lo pregunto ella armaría un escándalo, lo cual no debería pasar. Volver a hablar de él pasado, solo la pondría peor.

- ¿Allyson?. - Me llamó Maddison. - Deberíamos irnos.

Asentí, agarre mi bolso. Ambas nos despedimos de mi madre, y salimos de la casa para dirigirnos al instituto en donde Zack y Jack jugarían un partido de Fútbol contra nuestro rival.

Dentro del auto, noté como Maddison estaba nerviosa e incluso ansiosa, tal vez un poco rara. No lo entendía, pero sabía que era por Jack. Puse mi mano sobre la mano de Maddison, y le sonreí. Ella me devolvió la sonrisa, pero no parecía ella misma, parecía..

Oh, dios santo.

Frene el auto de golpe, viendo una silueta familiar, juro por Dios que mi corazón comenzó a acelerarse, lo juro. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, y sin decir algo, me quite el cinturón y baje del auto corriendo.

Corrí hasta llegar a mi objetivo, era el. Estaba segura de que era el, pero no podía ser el, era imposible, pero de todas maneras, grité:

- ¡AARÓN!.

Aquel chico se detuvo, quedándose paralizado. Escuché los gritos de Maddison detrás mío, por lo cual, gire a verla. Ella estaba mirándome intrigada, y desesperada. Ella se giró, haciéndome una seña para que la siguiera, pero no lo hice. Volví a girar, aquel chico seguía delante de mi, pero tenía algo diferente, no sabía el qué pero lo tenía, me acerqué a el chico, tomándolo del hombro provocando que este volteara, revelando su rostro.

No era Aarón.

Era obvio que no iba a ser Aarón, mi hermano esta muerto. Y este chico, no era el, era algo imposible de ser pero de todas maneras la esperanza volvió a mi.

El chico me miró confundido, y cuando comenzó a hablar, yo ya me había alejado de él. Me subí al auto, al igual que Maddison, y ambas fuimos a ver el partido. El camino fue silencioso e incómodo, demasiado incómodo diría yo.

Son Unos ProblematicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora