14. Tormenta.

50 3 0
                                    

Allyson.

Detesto esta clase de días.

El día de hoy comenzó normalmente. Me levante para irme al instituto, desayune, salude a mi madre y a su esposo, camine por la casa sin hacer ruido alguno, y por último, escuché un trueno. Y luego otro, y otro.

Y así fue como comenzó la tormenta más larga del año.

Oh, no olvidemos la mejor parte. ¡Se había suspendido el instituto!.

Prefiero mil veces ir a ese lugar que estar bajo techo, con la tormenta a fuera, mientras escuchaba como los truenos y relámpagos resonaban cada tanto.

Me había encerrado en mi habitación en cuanto oí aquel sonido que casi me dio un pro cardiaco. Mi madre había tratado de hablar conmigo a través de la puerta, pero no quería verla. Me hacía falta una sola persona aquí, mi hermano.

Si, después de todo, él seguía siendo el único chico en mi vida y en mi corazón. Y mi padre siempre será la primera persona en pasar por mi mente.

- Hija, ¿Puedes salir?. - Intentó mi madre por décima quinta vez, rodé los ojos mientras descansaba mi cabeza por la puerta.

- No.

- ¿Y puedo entrar?. - Volvió a intentar mi madre.

- No.

Oí como suspiraba y se retiraba. Abrí la puerta en cuanto deje de oír sus pasos, salí de mi habitación con las llaves en mano. Camine hasta la habitación de en frente, y la abrí. Estaba como siempre e incluso se puede decir que más ordenada, mire las paredes y las fotografías que había por toda la casa. Sonreí al  recordar cada momento, podía verlo tomando cada fotografía con una sonrisa, mirándonos.

Estando vivo.

Suspire, sentándome en la casa. Recordé cuando venía todos los días y me tiraba sobre él solamente para molestar, amaba hacer esa clase de cosas. Y ahora que la casa siempre estaba en silencio y vacía, estaba aburrida y sola. Agarre uno de los almohadones que había en la cama y lo coloqué sobre mi regazo, sonreí. Algunas veces creía que lo que había pasado hace unos pocos años atrás, fue mi culpa. Y si, en parte lo fue pero..Tuvo su consecuencia, y vaya que dolió aquello.

Lo que había pasado..me marcó la vida.

Me levante de la cama, colocando la almohada en su lugar. Camine hasta uno de los viejos estantes, abrí el primer cajón y mis cejas se fruncieron, ahí estaba su cámara.

Creía que..

¿Su cámara no estaba perdida? Nunca la había visto.

Aunque bueno, nunca revisé los cajones.

Agarre la cámara, y la prendí. Admire la cámara por unos segundos hasta que me di cuenta de que..Había fotos ahí.

Había más fotos que de lo habitual, presione el botón. Una de las fotografías se posó, era distinta a las que sacaba mi hermano, era del piso. Me senté en la cama, mirando las fotografías una por una.

Las fotografías eran diferentes, todas eran del piso, o de las casas de algunos vecinos, hasta que salió una fotografía nueva, pero de otro ángulo.

Son Unos ProblematicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora