capítulo 12

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—Lía, princesa, despierta. —escucho la voz de Jimin llamarme.

 —¿Uh? Un ratito más. —me acurruco en sus brazos, todavía adormilada.

—Linda, me tengo que ir. 

—Jimin, ¿puedo ir contigo? —hago un puchero, abriendo los ojos al escuchar que se tenía que ir. 

—Aunque me encantaría no puedes, hoy es un día importante y tengo que estar concentrado. —dice firme, dándome a entender que no iré. 

—Pero siempre que me quedo acá sola me aburro, desde que terminé la Universidad. —vuelvo a hacer un puchero triste, pareciendo una bebé.

—Una pregunta... ¿Ya te tomaste las pastillas anticonceptivas? Ayer no usé protección. —cambia de tema olímpicamente.

 —Se te olvida que me acaba de despertar. —Jimin ríe burlón y asiente. —Deja que te prepare el desayuno. —me levante rápido y me di una ducha, cuando terminé de hacer mi aseo personal, baje y tome los ingredientes para hacer unos panqueques dulces. Luego de terminar llamé a Jimin y éste bajó muy arreglado y con un aroma delicioso.

—¡Guau, princesa te luciste! —exclama cuando ve el mesón con el desayuno.  

—Gracias. —sonreí terminando de arreglar los cubiertos para sentarnos a comer. Después de un rato Jimin término su desayuno y me dio un beso de sabor a chocolate. Se despidió y finalmente se fue. Entré a casa, me vestí rápidamente para salir a comprar las pastillas y el regalo de mi suegra. 


......


Eran las diez de la noche y Jimin no aparecía, me tenía pensando en si llamarlo o no. No fuimos a donde sus padres, estaba un poco molesta por eso.

Cogí mi móvil y marqué. Esperé a que sonara, pero nada,  no contestaba. Le envié mensajes, pero no los veía. Me estaba desesperando. Para tranquilizarme  un poco bajé a la cocina y tomé un helado de chocolate, fuí hasta la sala y me senté en el mueble para ver una película.

Una hora más tarde la película ya había terminado. Tenía ansiedad, este hombre no deja de preocuparme. Mi móvil al fin sonó. Corrí para agarrarlo desesperada y contesté.

¿Jimin? —pregunto, desesperada, ¿estará bien?

Hola linda, perdón, pero hoy no llegaré a casa. —al principio creo que es una broma, así que me inclino mirando hacia la puerta de entrada, pero no veo su anatomía. Esto era lo que me faltaba, nada más esto. 

¿Que? ¿Por qué? ¿En donde estás, Park? —escucho un suspiro del otro lado de la línea telefónica ¿Y ahora que le pasa? 

 Tranquila estaré bien, te veo mañana. Te amo. —dice sin nada de sinceridad y no se muestra alegre, y es como si lo hartara con mis preguntas. Colgó.

Me quedé impresionada y más que furiosa, después de todo se irá con quién sabe quién. Subí hasta mi habitación y me senté en la cama molesta, no dejaba de pensar ¿porque no vino?,  ¿en donde estará?,  ¿con quien estará? ¿y que está haciendo? Me quedé dormida de tanto pensar.


......


Me desperté casi inmóvil y con un aroma horrible a alcohol y a zorra, no me podía mover porque tenía unos... ¿brazos en mi cintura?

—¡Idiota, suéltame! —furiosa hago berrinche, moviéndome de un lado a otro. 

Jimin: No, ¿que pasa mi amor? ¿No quieres un beso, Suni? —usa un tono de voz goloso, como si fuera un bebé, pero sé que sigue bajo los efectos del alcohol.

—¿Suni...? ¿Con ella la pasaste? —mis ojos pican, y siento un nudo en la garganta. Pero no lloraré. Jimin abrió los ojos y me miro sorprendido. —¿Entonces, es cierto? ¿Pasaste la noche con otra? —él solo se dispone a mirarme, sin pronunciar ni una palabra. —¿No piensas contestar? ¡CONTÉSTAME! —siento como la furia recorre mis venas y me hierve la sangre. Juraría que si me cortaran no saldría sangre. Jimin intenta acercarse a mi, tomándome de los hombros, pero lo detengo. —¡No me toques!   

—Te lo puedo explicar, no es lo que tu crees.—contesta, al fin.

—No necesito tus mentiras inútiles. Largo.

—¿A que te refieres?

—A que te vayas con esa tal "Suni" y me dejes en paz.

—Cariño, ¿no te estarás imaginando cosas que no son? —¿Que, que? ¿Cosas que no son? ¡Ja!

— ¿Ah, sí? ¿Entonces que hiciste ayer? ¿En donde dormiste? ¿Por qué no viniste a casa? —Jimin calla, cruzándose de brazos. —¿Lo ves? Tengo mis razones para desconfiar, Jimin. Ah, y para colmo, ¿Quién es esa tal Suni?

—Celebré mi nuevo trabajo haciendo una fiesta y no tuve tiempo para decírtelo, duro hasta la noche y me tuve que quedar en la casa de mis padres. 

—¿Ah, si? Uhm. Pero no me has respondido una pregunta. 

—Dime cual es. —dice, ya cansado de mis celos y mis caprichos.

—¿Quién es Suni?

"La primera lagrima" P. JMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora