capítulo 21

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Maratón 1/2

POV'S LÍA

Presente.

—Por favor, déjeme cruzar esta puerta, ¡necesito estar en el avión ahora mismo! —grité histérica a el portero que no me dejaba pasar, me tenían retenida, supuestamente él yo debía hablar con alguien primero, pero no me esperé y corrí traspasando las puertas y llegando a la parte de abajo para entrar en el avión.

Horas antes.

Todo comenzó cuando Jungkook me besó, le seguí el beso sólo porque me había susurrado al oído que Jimin nos estaba viendo, él suponía que me conocía, ya que nunca había visto a Jimin. Cuando nos separamos pude ver como Jungkook se ruborizaba, según él era su primer beso, fue tierno. Después de todo el show que Jimin me formó cuando llegué a casa, me bombardeó con preguntas sin sentido ni coherencia. Lo corte diciendo que tenía sueño y debía dormir, hasta que sus palabras me detuvieron, recuerdo que al preguntarme de quién era el bebé mi corazón se detuvo, en ese momento sentía mis ganas de llorar, el creía que este bebé no era suyo, pero aún así me trague las palabras y las ganas de romper en llanto, y simplemente me dispuse a caminar como si nada hacia mi habitación.

Al día siguiente, Jimin ya no estaba, pero dejó una nota diciendo que no lo esperara, esa noche no llegaría. Sabía que estaba tan molesto conmigo y decepcionado según su teoría de que el bebé que espero no es de él. Una llamada desconocida me había confundido, era un chico llamado Namjoon que buscaba a Jimin, raramente me preguntó algo así como si era su hermana, pero le respondí que no. Él me dijo que nunca había escuchado que Jimin tenía novia, y que él solo sabía que tenía una hermana. Luego de que el chico raro cortara la llamada recuerdo que la puerta de entrada sonó tan fuerte que se retumbaba el sonido por toda la casa, extrañada me dirijo hacia la puerta para abrirla y encontrarme con el rostro menos deseado en esta vida.

—¿Ahora qué quieres? —pregunté.

—Vete alistando, en unas horas ya debemos partir, cariño. —sonríe burlesco y pasa sin permiso a mi casa, cierra la puerta y me acorrala en ésta. — Y dime, ¿quién es ese chico que te besa sin mi permiso? ¿Es que tú no me entiendes? ¡Eres mía! ¡Solo mía! — me da una mirada de soslayo, agobiado. Respiro entrecortada y profundamente para no soltarle unas cuantas palabras indebidas. –Sólo espera unos años, sólo unos años... Respira, respira profundo. Me decía para no explotar.

—Ya entendí. —hablé entre dientes.

—Y ahora, dame esto. —me quita de golpe el collar que una vez me regaló Jimin cuando comenzamos a ser novios. Todavía lo conservaba, lo usaba todos los días, era cómo si me diera suerte ese hermoso collar. Me estremezco, todo menos ese collar.

—¡Dame eso, es mío! —gimo, alterada al ver ese objeto tan preciado en sus destructoras manos.

—Ya no lo necesitas. —se aleja de mí de un empujón y lo último que veo son los pedazos de cristales destrozados en el piso, ¡juro que lo mataría!

—¡Nooo! —gemí sollozando a la misma vez. Era uno de los muy preciados recuerdos que tenía de Jimin y yo en ese hermoso paraíso donde me había pedido ser su novia.

—¡Cállate! —me gritó haciendo que me sobresaltara del susto.

—Sal de una buena vez de mi casa... ¡Vete! —pido, señalando la puerta.

—¡Tú, nunca en tu vida se te ocurra volver a alzarme la voz! ¿entendiste? —en un descuido me tenía tropezando con cada paso que deba hacia atrás, de nuevo acorralándome. Llegamos así a la cocina, él me tenía todavía acorralada.

—¿Por qué no me puedes dejar ser feliz una vez en mi vida? ¡No te amo, entiendelo! —grito histérica.

—Nunca lo entenderé, tú eres mía, ¡Tú no puedes ser de más nadie, y si no puedes ser mía no serás de nadie! —me retuerzo de pavor. ¿A qué se refiere?

—¿Que quieres decir con eso?

—¡Te mataré y sólo así no podrás ser de nadie más! —su expresión me decía que ya no estaba cuerdo, lo que decía ya no tenía coherencia.

Abro los ojos como platos y niego con la cabeza variadas veces.

—No serías capaz. —lo reto, incrédula.

—Pruebame. —contraataca.

En lo primero que pienso al ver cómo él saca de su bolsillo un arma, es en mi bebé, que todavía no ha nacido, todavía es un feto, él o ella también tiene derecho a vivir... ¿Por qué todo es tan complicado?

—¡No lo hagas, no de nuevo! —me derrumbo en llanto, al recordar cómo él mismo había matado a mi bebé. Sentía una punzada de miedo y algo así como un trauma me carcomía. Esto era todo culpa de él. Era tanto el miedo que tenía que me pegaba en el estómago y sentía que tenía que vomitar en cualquier momento.

—Ahora, te mueves y acabas con tu vida, pequeña ingenua. —mi rostro estaba ceñido, las náuseas me estaban matando y en un momento rápido corro hacia el baño que se encontraba a unos metros de nosotros. Pero en el intento, tal como él lo dijo, dispara una vez y por suerte falla, pero siento mi pierna arder y punzar con demasiada frecuencia. Me dirijo hacia la parte afectada, sin saber qué ocurría, noto como la parte baja de mi pierna, cerca del tobillo está sangrando de a montón. Horrorizada levanto la cabeza hacia él y éste me mira cómo si fuera la cosa más insignificante. Y es ahí cuando se me acerca rápidamente por detrás con el arma en mi cabeza. Estoy completamente muerta.

Escucho la puerta de entrada volver a sonar, esta vez se abre sola. Quizá quería verlo, quizá, aunque esté molesta con él, lo anhelaba, pero tal vez mi ilusión se desvaneció al escuchar a Jungkook.

—¿Lía? ¿Estás aquí? —preguntaba, llamándome.

—¡Lo... —me tapa la boca para evitar que grite y camina con cautela hacia uno de los sótanos, (la casa era grande)

—¡Lía! —gritaba cada vez más cerca. Veo cómo Jackson saca de su bolsa una cinta y me la coloca tapándome la boca para que no gritara. Saca una cuerda y me ata fuertemente, sin piedad alguna. Me lleva entre forcejeos hasta la parte más oculta de la casa... Era increíble cómo conocía mi casa. Me deja ahí y se va de nuevo por el pasillo buscando a Jungkook, escucho como éste todavía me llama, sin encontrarme. Trato de gritar pero no se escucha nada. De repente los llamados de Jungkook ya no se escuchan y noto cómo una sombra se ve, se está acercando. Temo a que sea Jackson para venir a terminar con lo que hacía, pero para mi salvación era Jungkook, él al verme en ese estado se acerca más rápido y me pregunta algo incoherente. Se para al frente de mi con las manos en mis mejillas, acariciándolas, tomo aire. Otra sombra se aproxima, Jungkook sigue contemplando mi rostro mientras yo intento sacudirlo, estaba... ¿dormido? Me inclino y noto cómo un dardo estaba en su cuello. ¿Qué está pasando?

"La primera lagrima" P. JMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora