Un silencio tenso invadió la oficina en la que ambos se miraban fijamente. Ella tenía el ceño fruncido mientras que sus manos apretadas formando puños, dejaban sus nudillos blancos.
Él, solo la miraba con una pequeña sonrisa en forma de burla, al haber logrado su objetivo, el hacerla enojar.
Aquel hombre mayor de cabellos rubios, la miraba con superioridad mientras aún seguía recostado en su asiento.
—¿Qué es lo que acabas de decir, basura? —contestó ella de forma agresiva.
—Jojojo, miren, la hija del símbolo de la paz es una boca sucia —sonrió de forma más notoria.
Al comprender que al seguirle el juego solo lograba divertirlo, decidió abandonar el lugar.
«Este tipo es aún peor que Ooba»
Justo cuando iba a tocar la manija de la puerta, esta desapareció frente a sus ojos. Dejando en ella solo la pared.
Se quedó congelada unos segundos, procesando lo que había ocurrido.
—Al momento en que entraste por esa puerta, ya no puedes dar marcha atrás —habló el mientras reía—, al menos no sin antes haber pasado por algo.
Giró para mirarlo aún más enfadada. No sabía que es lo que el pretendía con esto, tampoco sabía cual era su particularidad.
—No puedes retenerme aquí. Solo vine por la recomendación, pero al final, soy yo la que decide si quedarse o no.
—Podría ser —respondió agarrando un caramelo que había en el escritorio—, pero en este caso es diferente. Aunque claro, no podre tenerte aquí por siempre, ya que al parecer, los entrenamientos serían demasiado para ti.
—Esa manipulación barata no funciona en mi —contestó firme—. Yo solo busco hacerme más fuerte, pero si tu puedes ofrecerme eso, haré cualquier clase de entrenamientos. Así qué, dime, ¿Tú puedes hacerme aún más fuerte?
—¿Eh? La bastarda tiene agallas. —Se levantó de su silla para avanzar hacia ella— Claro que si, por algo estas aquí.
—Entonces aguantaré tus palabras de mierda por ello.
Al parecer, el haber pasado tiempo con Katsuki había hecho que en sus palabras también se escaparan algunas groserías. Aunque con este sujeto le era aún más difícil contenerse.
Este frenó en medio de su caminar para explotar en carcajadas.
—Espera, espera —dijo riendo—. Aún debes superar una prueba. Para saber si eres digna de recibir mi entrenamiento.
—¿Hum?
Dio unos pasos hacia atrás al notar que todo se había puesto oscuro y que el rubio había desaparecido.
—Dime, ¿Podrás superar tus temores?
La voz de aquel hombre de ojos verdes había retumbado en eco. Al oír lo que había dicho, hizo que ella este en modo alerta, esperando cualquier clase de ataque o cosa.
La habitación cubierta en negro, estaba totalmente en silencio, no había ninguna clase de luz, pero podía verse a si misma ya que al mirar su mano, podía verlo perfectamente.
Se sobresaltó al sentir que comenzaba a hundirse.
Miró hacia abajo y pudo notar que el piso estaba cubierto de arenas movedizas que comenzaban a intentar llevarla hasta el fondo.
Intentó sacar sus pies pero le era imposible, la arena la hundía de forma rápida. Logrando hacer que se desespere.
Con su respiración nerviosa y agitada comenzó a buscar por algún lado alguna clase de ayuda. Pero no había nada, estaba sola.
Hasta que en ese momento, en medio de la arena, se estaba formando una figura.
Una figura femenina que ella conocía bastante bien.
Se quedó inmóvil viendo como la figura se iba transformando en su hermana. Logrando con ello que olvidara por un momento que estaba siendo hundida por la arena.
Ya nada se oía a su alrededor, solamente el sonido de su respiración agitada y el ritmo acelerado de su corazón.
Sintió su cuerpo liviano al ver que aquella imagen, sonrió levemente llevando una de sus manos a la mejilla de la joven. Esta cerró levemente los ojos, sintiendo el tacto de aquella figura. Que aunque tenga la temperatura fría, era como si todo el calor del mundo la rodeara, áspero pero para ella se sentía suave.
Mientras tanto, unas manos formadas de arena iban surgiendo del suelo, tomando a la chica de todos los lados, acelerando el proceso de tragarla por completo.
Sentir el miedo más desesperante y agonizante posible, si, eso es lo que sentía.
O debería de estar sintiendo.
—Me pregunto...
«Cuando será el momento en que dejes de atormentarme...»
Al decir aquello, la cabeza de aquella figura se había hecho pedazos. Pues la joven había extendido su mano a su rostro, volándola con una ráfaga.
Con el aire cubriéndola, logró destruir todas aquellas manos que la tenían atrapada. Logrando así que el lugar cubierto de un negro tan intenso, se vaya rompiendo como un cristal. Así trayéndola de nuevo a la realidad.
—Vaya, eso no me lo esperaba —murmuró el hombre mientras seguía comiendo algunos caramelos—. Pero un trato es un trato, lograste cumplir con lo establecido. Por lo tanto, si te acepto. Ahora ve por ahí y luego vuelve, me voy a dormir. Tengo sueño.
Este hizo una seña con la mano para que se vaya del lugar a lo que ella simplemente obedeció saliendo por la puerta que si ya se encontraba en su lugar.
Al salir, pudo notar como sus piernas no dejaban de temblar, al punto de que luego de dar unos pasos, cayó desplomada en el suelo.
Miró su mano la cual, al igual que sus piernas, no quedaban quietas.
No sabía cómo había podido lograr superar aquella prueba, ya que aquel era una mezcla de todo aquello que temía.
Pero por un lado, ella ya había visto todos sus más grandes temores en modo de pesadillas.
Todas las noches, desde el momento en que aquella persona que tanto quería, se fue.
Separadores de: Editorial: CaveCrew → Editor: @haku-ssx
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Stay with me -Bakugou KatsukiXTú
FanfikceAún cuando aquello a lo que te aferras está lleno de espinas, es duro soltarse. Estába llena de un deseo profundo y negro de caer de rodillas y llorar. Es como si supiera que nunca se recuperará. Tenía la sensación de tratar desesperadamente de afer...