Aborto no es asesinato

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Elizabeth

Desde aquel día todo cambió, desde ahí mi dolor racional se hacía sentir hasta mis venas. Me duele el orto y emocionalmente soy un desastre, ¿dónde quedó mi dignidad? Mis lamentos sollozan en silencio y solamente quiero, es más deseo gritar, sí, es lo típico de una chica o una mujer abusada que se siente totalmente sucia y solo hace falta arrojarme a la bañera intentando limpiar una marca que quedara registrado por el resto de mi vida; aunado a esto un embarazo precoz.

Se corrieron rumores de que estaba teniendo una vida fácil, en una palabra "prostituyéndome" que en la fiesta de la fraternidad yo estaba de oferta y que todos aprovecharon, ¡vaya, he ganado una buena reputación!

¿Cómo me percaté de que estaba embarazada? Simple, huí de casa en el momento determinado en el que mi madre hablaba por teléfono con la suspicaz vecina, fue dónde aproveché para realizarme un examen, además de que mi periodo estaba retrasado.

Sufrí una agresión que probablemente nunca sería capaz de hablarlo, ¿por qué? Obviamente todos se van a enterar al transcurrir el tiempo, yo no quedaré exento de las burlas y los murmullos a mis espalda, peor aún de mi madre. Seré material para las redes sociales, el centro de atención con el video de mi abuso y la pelea por defenderme o según los medios "por tener sexo con la niña británica" , de hecho todos creen que lo soy por mi acento, mas no es así.

Me desvíe del tema, los resultados salieron totalmente positivos, en efecto estoy embarazada.

Vengo con la prueba en mi mano y entro a la casa cuando de pronto me espera sentada con un rostro de pocos amigos, sé perfectamente que me atacará y no solo me golpeará físicamente, sus palabras me aturdirán, ya que es tan hiriente que me rajara lo más profundo de mi alma.

Huyo con prisa hacia mi habitación y ella viene detrás de mí acercándose.

—¿A dónde crees que vas, hija?—Pregunta ponderosamente y frunce el ceño.

—A mi habitación, madre—. Respondo de la misma forma.

—¿Qué es lo que cargas en tus manos?—. Pregunta al mirar directamente lo que cargo.

—¡Un papel!—Contesto.

—No te hagas la chistosa, es muy grotesco y bochornoso tu actitud en esta situación. Me decepcionas cada día más, de hecho ese papel puede confirmar la clase persona que eres, un orgullo para esta familia ¿no?—Se expresa sarcásticamente de mí.

—¿Quién eres tú para hablarme de actitud? De hecho la tuya es la más insoportable que si no fuera tu hija probablemente ya me hubiera largado de tu casa, como mi padre.

—Me tienes sin cuidado lo que dices, es más si te quieres ir lo puedes hacer desde ya.

—¿A qué te refieres?

—A QUE TE LARGUES—. Se exalta.

—Madre, no puedes hacerme eso, hablaba figurativamente.

—Entonces quiero que abortes a tu hijo, y, que además de ello me cuentes absolutamente todo; a ver qué castigo te corresponde.

—¿Qué quieres saber?

—Contéstame querida hija ¿con quién estuviste hace tres semanas en la fiesta?—Pregunta hipócritamente.

—No madre, con nadie; solo has caso omiso a eso—. Contesto y me dirijo a mi habitación.

—JOVENCITA QUIERO RESPUESTA AHORA MISMO—. Me grita mientras subo las escaleras.

—No te hagas la madre abnegada  ahora—. Cierro la puerta bruscamente.

Con el tiempo recibo múltiples llamadas de Cynthia, Ian y Clay, sí, Clay; al principio me sorprendo, aunque existe la probabilidad de que el sea el padre. Algo en mi corazón anhelaba que fuese así, sin embargo no sé si podría vivir con un engendro de alguien que me vendió y me humilló.

Decido dejar el colegio porque mi barriga se empezaba a notar y quería mantenerme bajo perfil. De pronto me escribe Ian una vez más insistiendo en saber de mí:

Ian🖤: No he sabido absolutamente nada de ti, me siento responsable de lo ocurrido aquel día.

Lo registré con un corazón porque él me había hecho sonreír y sin reprocharle nada, me defendió.

Yo: Lo siento por no responderte, mi corazón no tiene ánimo para contestar.

Ian🖤: ¿Qué pretendes hacer?

Yo: No lo sé...... quisiera morirme.

Ian🖤: Una flor como tú no puede morir, quiero que sepas que te apoyaré en lo que decidas.

¿A qué se refiere? ¿Acaso sabe algo sobre mi embarazo? Él siempre ha sido un chico bastante misterioso.

Le escribo a Cynthia después de tanto tiempo:

Yo: Cynthia perdóname por ser una pésima amiga.

Cynthia: ¡Amiga no sabes cuanto te extrañe! Te perdono, besos....

Nunca vas a cambiar.

Cynthia: Entiendo por lo que pasaste y ha de ser difícil, quizás si no te hubiera abandonado todo hubiese sido diferente, mas no fue así. Pero lo importante es que estás aquí.

Yo: Desearía saber qué hacer.

Cynthia: ¿Por qué lo dices? No me digas que es cierto.

Yo: Sí, en efecto, me encuentro embarazada.

Cynthia: No hagas tanto drama todo tiene solución.

Yo: Ahora soy dramática ¿Qué quieres decir?

Cynthia: Conozco un buen médico que te podría extraer el feto de tu vientre.

Yo: ¿Me estás diciendo que aborte?

Cynthia: ¡Obvio! Así de esta manera tu mamá no sospechará si es que no lo sabe y nadie más lo hará.

Probablemente sí lo sabe, mas no con certeza, pero le callaría la boca al percatarse de que todas las cosas que han dicho de mí no son ciertas, mi mala reputación se vendría abajo y la mayor parte de mis problemas acabarían. ¿Estás segura Elizabeth?

Cynthia: Eres fuerte, muy fuerte.

Yo: ¿Y si quiero tenerlo? Además es una aberración abortarlo.

Cynthia: Te equivocas, El aborto no es un asesinato, no es antinatural y para nada es un delito actualmente. ¿Acaso sabrías tú cómo mantenerlo? ¿De alguna manera alguien volvería a quererte al enterarse de la verdad amiga? Eres una niña ¿Hecharías tu futuro a la basura? Y el mundo.... el mundo te etiquetaría como una madre soltera con un hijo producto de una violación. ¿Estás dispuesta a pasar por todo lo mencionado?

Yo: No lo sé Cynthia....

Cierro el móvil y lo arrojó contra el suelo, empiezo a llorar mientras escucho una marcha a favor del aborto que me hace empeorar aún más.

Y mi madre me observa llorando al entrar a mi habitación y comienzo a vomitar sin cesar y las náuseas están al límite.

Madre ¿Aborto?

Aborto, Lo Que Nunca Pude DecirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora