Capítulo 3

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Por la tarde vuelvo a mi casa, me encierro en mi habitación y escucho música depresiva de artistas que nadie reconoce, aún así los títulos de las canciones son "suicidio", "muerte", "odio la vida", etcétera. Perfectas para un día como este.
Mi pecho duele y tengo un nudo en medio que no me deja respirar. Me tapo el rostro con una mano y las lágrimas se deslizan solas.
—Mierda.— tan solo quisiera desaparecer.

Mi mamá entra a la habitación.

—Voy a ir a comprar.— creo que no se dió cuenta que estoy al borde del suicidio. —¿Estás llorando?— ya se dió cuenta. —mi vida..— se sienta a mi lado y me abraza como madre compasiva. —¿Qué pasó?— se aleja para mirarme a los ojos.

—Mamá..— Rompí nuevamente el llanto, con una enorme desesperación la abrazo. —No entiendo que estoy haciendo mal, no entiendo que me pasa.— lo único que necesito ahora es el cálido abrazo de una madre.

—Primero tranquilízate, respira profundo.— le hago caso.
Me alejo de ella y la miro fijamente. Inhalo y exhalo mis problemas para calmarme y poder decirle que..

—Soy gay.— silencio incómodo. Vuelvo a llorar involuntariamente, mis lágrimas son más fuertes que la lluvia. —Soy gay mamá, perdón, en serio perdón.— no entiendo porqué pido perdón. Quizás para escuchar lo que quiero oír de mi madre, que me ama como soy, o quizás me preparo para que no me mande al psicólogo.

—No amor, no llores. Yo te amo seas lo que seas, nunca te voy a dejar de amar, porque sos mi hijo y yo daría mi vida por verte feliz.— ahora la que llora es ella.

—No llores mamá..— se convirtió en un momento muy sensible. Luego de calmarnos unos minutos..
—Me gusta Noel.— Lo admití por fin.

—Era algo obvio.— se ríe.
—¿En serio lo era?— mierda.

Al día siguiente, luego de la escuela, voy con Noel al centro comercial con la excusa de comprar unas "cortinas", en realidad quiero pasar tiempo con él, intentar enamorarlo o de que se sienta atraído por mí de alguna forma para sentirme más seguro declarándome.

—¿Vas a comprar unas cortinas con flores como las que tiene mi abuela?— me pregunta con su maldita sonrisa encantadora.
—No, idiota. Voy a comprar unas que puedan combinar con mi habitación.— es un idiota a veces.
—Por eso.— ¿ya dije que es un idiota?

Suspiro.

—Primero vayamos a comer.— comernos a besos bebé.
—Bueno, ¿a dónde?— me pregunta.
—¿McDonalds?— sugiero.
—No te gusta McDonalds.— cierto, pero te encanta y quiero que este sea tu día, nuestro día. Quiero consentirte tanto como así mimarte y hacerte feliz, verte feliz es lo único que me importa. Pero, ¿qué estoy diciendo? Tarado, es una hamburguesa nada más, no lo vas a llevar a Tucson. ¿Debería llevarlo a Tucson? Es perfecto para una cita, pero, no se si ahora sea el momento.. ¿momento? MOMENTO, ¿esto es una cita?, no creo, él no sabe nada de esto.
Estúpido, Estúpido Estúpido. >:v

—Churrasco.— Noel me pega en la nuca.
—Ay, ¿QUÉ TE PASA?— la puta.
—Te quedaste mirando el piso con cara de planeando tu próximo asesinato, maldito psicópata.— perdón Noel, soy muy raro, no te merezco.

Terminamos por ir a McDonalds, comí una asquerosa hamburguesa con grasa, pero todo por Noel.
Salimos de ahí y nos dirigimos al centro donde hay una hermosa fuente.
Quiero declararme, tengo que hacerlo.

—Noel.— mi corazón está a punto de explotar.
—¿Qué?— pregunta.
—Me gustas.— Lo dije.

No soy gay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora