No soy gay.

Capítulo 6

Pov "Tristan"

Luego de la cita me dirijo a mi casa. Caleb y yo la pasamos bien, nos reímos un buen rato, sin embargo; no creo que me guste. Tal vez lo veo como un amigo.
Al llegar veo a Noel apoyado contra la puerta de entrada.

—Hola.— sonrío muy levemente.

Noel se acerca a mí y me abraza.

—No me gustan los hombres.— me dice. —es un error.— no lo entiendo.

—Noel, ya sé que no te gustan los hombres. Perdón por haberme declarado, prometo olvidarte.— las palabras que acababa de decir, dolían más que mil apuñaladas.

—No quiero que me olvides.— dice. —es egoísta de mi parte pero quiero que me des tiempo para pensar.— claramente está confundido.

—Entiendo.— asiento con la cabeza. —dos semanas.— digo. —te doy dos semanas. No puedo estar siempre atrás tuyo esperando que te decidas, yo también estoy cansado de esta situación Noel.— sigo diciendo.

—Gracias...— se separa y veo como su figura se hace más pequeña al alejarse.

Noel, siempre me gustaste, pero me di cuenta de lo que realmente sentía hace poco. Es difícil enamorarte de tu mejor amigo, mucho más siendo heterosexual, porque sabes que no tienes oportunidad.

Al día siguiente, todo transcurrió como un día normal. Mi mejor amigo me trataba de la misma forma de siempre.
Parece ser que no necesita tiempo para pensar, está claro que solo me ve como su mejor amigo.

Luego de las tediosas y soporíferas clases, se hizo audible el último timbre del día, sonando fragorosamente e indicando el fin del horario escolar. Salimos juntos, ya que nos dirigíamos a mi casa, como de costumbre. En el camino hablamos lo suficiente como para ignorar el ambiente incómodo que generaban nuestros silencios y miradas de reojos. Me deprimía tanto no poder entender lo que sucedía con Noel, que los escenarios se tornaban de un color grisáceo. Me dolía recordar cada mirada de rechazo que me dirigía inconscientemente, cada palabra con desdén... mi corazón definitivamente estaba destrozado.

Mi madre no estaba en casa, por lo que íbamos a poder conversar tranquilos sobre este tema. Al llegar, inmediatamente nos dirigimos a mi habitación. Soltamos nuestras mochilas, dejándolas en el piso.

—Perdón, pero... ¿podemos hablar sobre esto? No quiero que las cosas se pongan incómodas entre nosotros.— Me armé de valor para poder empezar la conversación.

—Te pedí tiempo.— Noel frunció el entrecejo. Su expresión facial hablaba mucho más. —Me diste dos semanas.—

—Noel, no puedo perderte como mi mejor amigo. Si como consecuencia de mis sentimientos te ves obligado a alejarte, prefiero olvidarme de que alguna vez me enamoré.— Mordí mi labio intentando contener el nudo en mi garganta, que de vez en cuando bajaba por mi pecho y volvía a subir al lugar de origen.

—No podría alejarme nunca.— Noel posó sus manos sobre mis pómulos y bajó delicadamente el dedo pulgar hacia mi labio inferior. —No te muerdas el labio...— inmediatamente dejé de hacerlo al escucharlo.

Cerré mis ojos para pestañar. Una, dos, tres veces. Al abrirlos, noté la calidez y el ardor de los inseguros labios de Noel posados sobre los míos. Elevé involuntariamente la comisura de mis labios, abriendo paso a su total confianza en el acto. Sus labios dejaron de ser inseguros, pasaron a ser pasionales, y me llevaron con él a seguir el mismo ritmo. Nos separamos por un momento, ese momento en donde nuestros ojos se encontraron y el tiempo parecía detenerse. Aprecié sus hermosos ojos color miel, quedé patitieso por completo. Lo miré de pies a cabeza sin decir absolutamente nada, emitir palabra alguna podía arruinarlo todo.

—¿No vas a decir nada?— pregunta mientras alza una ceja.

Negué con la cabeza en modo de respuesta, no podía caer en la realidad. ¿Esto era un sueño o realmente estaba sucediendo? Mis ojos se achinan y se convierten en cristales a punto de quebrarse.

Noel paso su mano por mi nuca y acercó nuevamente sus labios, pero esta vez unos centímetros más arriba. Besó mi pómulo izquierdo.

—No quiero que esta situación te incomode o te haga sentir mal de alguna manera... esto sigue siendo nuevo para mí. El expresarte mis sentimientos de esta forma, es algo egoísta. Lo lamento tanto...— Juntó su frente con la mía y cerró los ojos. Nuestras respiraciones chocaban, el aire era caliente.

—No te disculpes.— emití una breve sonrisa dulce. —Me pone feliz que correspondas mis sentimientos... pero, no necesito que lo hagas al sentirte presionado. Soy yo el que debería disculparse. Esto no es fácil y te apresuré cuando prometí darte tiempo.— cerré mis puños con fuerza y tomé distancia con Noel, alejándome unos veinte centímetros. Noel asintió y solo se limitó a suspirar en modo de respuesta. Tomó sus cosas que se encontraban en el suelo y salió de mi habitación.

¿Acaso dije algo mal?

¿Hice algo mal?

¿Por qué se fue?

Tenía tantas preguntas invadiendo mi cabeza que no podía concentrarme en nada más. Miré un punto fijo en el borroso suelo en busca de respuestas, pero lo único que obtuve fueron lágrimas deslizándose por mis mejillas.
El día transcurría y yo seguía mirando aquel punto fijo, el cual fue interrumpido por mi madre que acababa de llegar a casa.

—Hola hijo.— se acercó para abrazarme. Al tomar distancia hizo una breve pausa antes de emitir palabra alguna. —¿Pasó algo?— supongo que las madres tienen el poder de reconocer cuando sus hijos están en problemas.

—Creo que hice enojar a Noel.— froté mis ojos lagrimosos con ambas manos.

—No va a estar enojado mucho tiempo.— posó su mano sobre mi cabeza y acarició lentamente mi cabello despeinado en un intento de mejorarlo. —Además, ¿quien podría enojarse con alguien tal lindo como mi hijo?—

—Creo que estoy jugando con sus sentimientos.— bajé ambas manos deslizándolas sobre mis mejillas, mientras acariciaba con las yemas de los dedos la textura de mi piel húmeda por las lagrimas. —Está confundido... no sabe si siente lo mismo por mí.—

—Creo que entiendo lo que está pasando. Si es lo que yo creo, no es culpa de ninguno de los dos. Mientras seas sincero con tus sentimientos no deberías cargar con ninguna culpa. Amar es complicado, no siempre va a estar destinado a funcionar y tendemos a crear un mecanismo de defensa para no salir heridos.— siguió acariciando mi cabello. —Vas a conocer a muchas personas a lo largo de tu vida. Es triste pensarlo así, pero el amor está idealizado de la forma más errónea y ficticia posible. Noel es alguien temporal en tu vida, como lo serán muchos hombres más que se crucen en tu camino. Si buscas estar con Noel por mucho tiempo, deberías estar más seguro y luchar por mantener la relación. El amor va mucho más allá de esas mariposas que decimos sentir las primeras etapas del enamoramiento, es compañerismo, amistad, en parte algo de costumbre... pero es ese sentimiento el verdadero amar a alguien.—

La profunda charla emotiva de mi madre hizo que me de cuenta de lo que estaba pasando conmigo. Negué por mucho tiempo mi orientación sexual, a pesar de sentir atracción física y sentimental  únicamente por hombres. Las revistas pornográficas heterosexuales que tanto leía, eran para intentar cambiar algo de lo que no debería sentir pena. Estoy orgulloso de ser quien soy, de poder haber sido directo con Noel y agradezco tanto su existencia... sin él, esto nunca hubiera pasado por mi cabeza.
Solo tengo una cosa en claro, y es que no quiero perder a Noel. No quiero alejarlo de mi vida, quiero reírme con él, salir con él, besarlo; abrazarlo, mirarlo a los ojos y decirle te amo. Quiero crear recuerdos, fotografías y anécdotas para ser capaz de contar en el futuro, que Noel fue la persona que cambió mi vida de la manera más positiva posible.
Ahora puedo ser capaz de aceptarme, decirle al mundo "Sí, soy gay." Ahora puedo valerme por mí mismo, ignorar las miradas de rechazo y enorgullecerme de mi valentía.

Sujeté los hombros de mi madre para alejarla lentamente de mí.

—Mañana voy a hablar con Noel. Hoy prefiero darle tiempo, quizás este algo agobiado por la situación.— besé la mejilla de mi madre. —Gracias ma.—

—Te amo hijo.— se acercó para besar mi frente.