Capítulo 8 (El pasado de Vegueta, parte 2)

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-Tengo que hablar contigo.

Cuando soltó aquellas palabras y de inmediato sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Me senté a su lado y le pedí a Goku que nos dejara solos.

-¿Que es lo que pasa?- le pregunté completamente sorprendido.

-No puedo casarme contigo, lo siento...lo que pasa...es que- ella dudó por un momento en decirme lo que estaba pasando.

-¿Por qué no?...¿Que diablos está pasando Lazuli?...- no creí que esto estuviera sucediendo.

-Lo que pasa...es que me...

-¿Qué?... ¡Maldita sea! Lazuli ¡habla ya!

-Me enamoré de otro- soltó aquellas palabras e inmediatamente vi mi vida comenzó a quebrarse.

-¿Cómo diablos pasó eso?- la sujete de los brazos- ¿Desde cuando me has estado viendo la cara de idiota? ¡Dime!- subí drásticamente el tono de voz, haciendo que las demás personas que se encontraban en el restaurante nos mirarán.

-No tiene caso saberlo.

-Si lo tiene para mí ¡Dime maldita sea!

-Seis meses.

-Esperaste tanto tiempo para decirme la verdad y dejaste que hiciera el ridículo esta noche por nada ¡Dime! ¿Quién es ese maldito insecto?- le pregunté, estaba lleno de rabia, el odio por ella rebasaba el amor que sentía.

-¿Para que quieres saberlo? Ya no hay nada que hacer.

-¡Quiero saberlo! Ya habla- golpee la mesa.

-Se llama Gohan...tenemos varias clases juntos...no lo conoces.

-¡Lárgate! No quiero volver a ver tu despreciable rostro en mi vida- No solté ni una sola lágrima en su presencia; mi orgullo es tan grande que no dejaría que me viera sufrir por el hecho de haberla perdido.

-Perdoname, lamento haberte lastimado de esta manera.

-¡Lárgate ya! Maldita zorra- En un momento de furia la tome de los brazos y la empuje para que se largara; no me arrepiento por esas palabras hirientes que le dije, pues no se comparaban a lo que ella me había hecho.

Lazuli se levantó y se marchó, sin importarle que se llevaba junto con ella todas mis ganas de vivir. Esa noche pensaba solo en borracharme, olvidarme de todas las estupideces que hice por ella; no llore cuando la tenía en frente; pero a solas era todo lo contrario, me desahogue hasta más no poder. Caí rendido en la mesa, demasiado ebrio para poder sostenerme; cuando sentí un brazo ayudándome a incorporarme.

-Tranquilo amigo, yo te ayudaré- era Goku, el único amigo que tengo.

Paso el tiempo, Goku me daba ánimos para seguir adelante; es el mejor amigo que he tenido, significa mucho su amistad; pero jamás voy a decirle esa clase de estupideces, se que el ya lo sabe.

Un día, caminando por la calle, volví a verla, abrazando un tipo alto de cabello obscuro; se notaba que era feliz como jamás lo fue conmigo; al encontrarla en mi camino, destrozó nuevamente mi orgullo, creo que fue mejor que jamás se diera cuenta de mi presencia...

Volver a sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora