Parte 2

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...Mientras tanto, la parejita de la segunda puerta, Sofía y Uri, abren y preguntan que quién ha llamado. Ven la de su vecino Marc abierta, y Sofía decide asomarse por si fue él. En el interior, Marc sigue forcejeando, aunque ya está perdiendo fuerzas. Tras todo el follón, el pobre acaba de acordarse de que puede gritar y pedir auxilio, pero justo cuando veo que hace un amago de abrir la boca se la tapo con una mano. Con la otra busco a ciegas algún objeto para acabar con su torpe vida, pero sólo encuentro un consolador XXL cuya punta es la cara de Puigdemont. "Tendré que apañarme con esto" pienso para adentro. Levanto el brazo para clavárselo en un ojo, pero Sofía me interrumpe y pega un chillido. Tengo que soltar a Marc, ya acabaré con él; no puedo permitir que Sofía pida ayuda. 

Me levanto y la persigo por el pasillo de la casa de Marc, salimos casi a la par y allí está Uri. Chocamos el uno con el otro y cae al suelo.

No sabe qué está pasando, pero tampoco lo va a saber.

Con las mismas le pego un pisotón en la cara tan fuerte que se le sale un ojo y el otro queda enterrado. No sé si está muerto, pero como si lo estuviera. Saco el pie de su cráneo como si hubiera pisado un insecto y al girarme veo que Sofía sigue allí, petrificada.

Al menos de algo me ha servido ser tan violento con Uri.

Sin contemplaciones le agarro la cara con las dos manos y se la pongo como la niña del exorcista. Cae al suelo en seco y camino de nuevo a casa de Marc, pero el muy condenado ya no está, o al menos yo no lo veo, se habrá escapado por el balcón. Con un poco de suerte se matará él solo intentado subir.

CONTINUARÁ

Aquí no hay quien mueraWhere stories live. Discover now