Otro día, otro día en el que tratare de conquistar a ___ de robarme su corazón. Aunque se lo que pasara, cuando este por ir a hablarle, vendrán todos los hombres de la escuela, se pondrán alrededor de ella y no podré hablarle.
Ella es la única mujer en el mundo que provoca esos malditos sentimientos en mi, cada vez que pasa la sigo con la mirada y a veces mi pies toman el control y empiezo a caminar detrás de ella, obvio ella no se da cuenta, cada vez que la veo me vuelvo estúpido, créanme, una vez me choque con una puerta de vidrio gracias a ella, no fue muy bueno para mi reputación eso.
Ustedes estarán pensando ¿Si los dos son populares, no deberían estar juntos? ¡Ja! Ojala sucediera eso, pero solo pasa en películas y series norteamericanas.
Como sea, si sigo pensando en ella y en otras cosas llegare tarde al colegio.
Mi rutina de siempre, me despierto a las 7:30 am, me baño, me cambio y desayuno, tengo que estar en el colegio a las 10:00 am.
Mientras ponía en mi mochila un cuaderno de apuntes, un lápiz, una lapicera y una goma, suena el teléfono, veo el identificador ‘Privado’ debería ser mama o papa.
-¿Hola?- Digo yo, mientras soltaba un bostezo-
-¡Hola hijo! ¿Aun durmiendo? –Dijo mi mama con su voz aguda y alegre-
-¿Qué? Ahm, no mama es que estoy algo cansado. –Le dije, mientras me pasaba la mano por mi cabello-
-¿A que hora te dormiste?
-A las once, como siempre. –Mentí, ayer me dormí como a las 4 de la madrugada-
-Ah, seguro se te pasara en un rato. Bueno hijo, llamaba para decirte que te llegara una sorpresa a tu puerta en unos minutos.
-Gracias mama, me alegro por saber que es –Dije con voz de felicidad, seguramente será ese lindo BMW negro que siempre estuve esperando o la Ferrari roja que se la pedía desde que tengo memoria-
-Ok, hijo me voy tengo que ordenar la casa, hablamos luego adiós. –Colgó-
-Mire hacia el teléfono- Yo también te quiero. –Dije, hace varios meses que no escucho un ‘te quiero’ de mi madre, y me pone algo mal-
8:30, tocan el timbre, corriendo voy a abrir la puerta, pongo mi mano en el picaporte, inhalo aire y cierro los ojos.
-¡Ferrari! –Dije, abriendo completamente la puerta y abriendo los ojos, llevándome con una grata sorpresa- Oye, ¿Y mi Ferrari? –Dije como un niño pequeño-
-¿Cuál Ferrari señor? –Dijo ese chico que parecía de mi misma edad, tenia maso menos de altura… calculando… unos 1,85, tenia el pelo muy, muy Parado. ¿Este chico se puso todo el gel que encontró? Y además tenía unos ojos Azules que tiraban más al Azul marino. Si este chico estuviera en nuestro colegio, al solo pestañar tendría a 100 chicas en sus pies babeando por el.-
-¿Señor? ¡No soy señor, soy muchacho! ¿Quién eres tú? –Dije viendo, sus rasgos y notando que tenia un aire de que estaba perdido, dudaría y/o pensaría que es extranjero