C a p í t u l o 1 0

875 102 22
                                    


CAPÍTULO 10

16 de mayo, 2015.

No sabría expresar todas las emociones aglomeradas dentro de mí.

Quería gritar pero, a su vez, no podía hablar. Por un instante incluso llegué a pensar que pude haber reaparecido en una realidad alterna, pero me obligué a centrarme y procesar toda la información que se revelaba repentinamente.

—¿Estás jodiéndome, cierto? —cuestioné, movilizándome por los pasillos del dormitorio.

La voz a través de la línea dejó ir un pesado suspiro. Sin percatarme, ya había comenzado a morderme las uñas y tirar de algunos mechones de mi cabello, presa de unos dominantes nervios y una abrumadora angustia.

«¿Qué estaba ocurriendo con mi amiga?».

—Comprendes lo mucho que me fastidia ese vocabulario, señorita —masculló con voz cansada—. ¿Debo recordarte que me debes respeto, Annie Bisette?

—Lo siento mucho, Eveline, solo estoy preocupada —me excusé, exhalando a la vez que cerraba los ojos.

La madre de mi mejor amiga era una persona importante en mi vida, y sabía de sobra el respeto que le debía. Sin embargo, a veces no podía evitar soltar groserías; se me hacía casi imposible morder mi lengua en esos momentos, pero lo intenté.

—Lo entiendo, cariño —me habló dulcemente—, pero ya he dicho que no debes preocuparte. Eve está en perfectas condiciones, ya ha pasado lo peor, y sé que no lo has preguntado pero aun así te lo diré: Evan también se encuentra bien.

Agradecí en mi interior no haber tenido que preguntar. Habría sido demasiado incómodo.

No obstante, seguía sin poder creerme lo ocurrido. Al parecer Eve había sufrido un accidente hace unos días, mientras iba en el coche con Evan. La señora Eveline no lo mencionó cuando me relató los hechos, pero yo podía casi afirmar una cosa: uno, o quizá ambos, no iba completamente sobrio. Conocía a Eve, era una de mis mejores amigas y una chica bastante buena, pero también era consciente de que, como cualquier persona, tenía sus altibajos.

Y, teniendo un hermano como Evan, aquello empeoraba.

No me había tomado la molestia de preguntarme cómo se la pasaría ella luego de mi partida. En realidad, lo único que me importó fue... Lysandro. Empezaba a preocuparme la idea de que Lysandro siempre estuviese primero, algún día llegaría a un punto donde tendría que cuestionarme si me angustiaba más mi propia seguridad que la suya.

—¿Por qué no me lo dijo? —pregunté—. La he llamado todos estos días y estaba realmente preocupada.

—No lo sé, querida. Lo lamento.

—¿Ella está ahí? —inquirí—.Me gustaría hablarle para quedarme tranquila.

—Ahora no será posible, Annie, lo siento —mordí mi labio inferior—. Está descansando, le diré que te llame después. Suerte en tus clases, cariño. Cuídate.

Y colgó.

Se sintió extraño, como si Eve realmente no quisiese platicar conmigo. ¿Le había hecho algo? No lo recordaba. Traté de ignorar lo sucedido y de convencerme que ella estaba bien, ya luego podríamos platicar y me contaría todo lo ocurrido. Esperaba no tener que recurrir a Evan, de verdad, estaba rogando para no tener que volver a relacionarme con él.

No ahora.

***

19 de mayo, 2015.

Sálvame [CDMU, Lysandro].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora