Capítulo 8: Felicidad

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Se quedó quieto, con una notoria sorpresa, sintiendo como la morena lo abrazaba de cuello con más fuerza, queriendo profundizar el beso, que él no estaba correspondiendo.

Mutsuki al no notar reacción alguna en Urie, se separa lentamente, para luego mirarlo con algo de tristeza, pero el peli morado evitaba la mirada de la chica mientras mantenía un semblante serio.

-Lo siento...-se disculpó, bajando el rostro, desenredando los brazos de su cuello, pero antes de que los alejara más, este la toma de las muñecas logrando que esta lo mire sorprendida-Urie-kun...

Se mantuvo sin hacer ninguna acción, tratando de controlar sus deseos internos, esa mujer iba a ser su perdición.
Comenzó a apretar los dientes con fuerza.

-Tsk, maldición...-dijo con algo de rabia y se inclinó juntando nuevamente sus labios con los de su antigua compañera, de manera desesperada, siendo correspondida luego de unos segundos de la misma forma.

Sabía que se arrepentiria de lo que estaba haciendo, pero no podía evitar sus ganas de besarla desde que la volvió a ver.
Aún sabiendo que no debía ilusionarse; porque el que la este besando sabía que no iba a impedir que ella vuelva a marcharse.

No se dieron cuenta en que momento habían retrocedido, quedando la morena acorralada contra la pared, pegandose más al cuerpo del otro.

Urie acariciaba la cintura de Mutsuki por debajo de su camiseta blanca, haciendo que esta suspirara en medio del beso. Deslizó su mano hasta llegar al muslo de la chica, alzandolo hasta su cadera.
Sintió los dedos de la chica rozando los botones de su camisa.

-Acaso, ¿entrenas en camisa?-preguntó mientras respiraba con dificultad, sin alejarse, rozando aún sus labios con los de él.

-No, solo vine aquí para hablar con Kuroiwa-aclaró con la voz grave.

-¿Por qué aquí?-comenzó a respirar jadeante cuando sintió los labios del chico recorrer su cuello.

-Es más privado-contesto roncamente , pegándose más a la morena, volviendo a besarla.

Se estaban llendo de control y él era consciente de ello, no podía permitir que llegarán más allá de los besos, porque como él dijo, aquel gimnasio era el lugar más privado para hablar, pero no lo era para llegar a más extremos, ya que cualquiera de sus compañeros podría ir en cualquier momento, y lo que menos quería era que los vieran en un momento tan íntimo.
Este reaccionó al sentir como las manos de Mutsuki comenzaban a desabrochar los botones de su camisa.

-Espera...-decía en medio del beso-No podemos-detuvo las manos de la chica y esta se separa un poco para mirarlo algo suplicante.

-¿Por qué?-preguntó con la respiración agitada.

-Tal vez no esten buscando y no querrás que nos encuentren...en esas "condiciones"-agregó con algo de vergüenza, bajando la pierna de Mutsuki de su cadera y juntando su frente con la de ella mientras la tomaba de los brazos.

-Tienes razón-decía con desilusión, cerrando los ojos, acariciando la mejilla de Urie y lanzando un pequeño suspiro.

-Mutsuki...-la llamó en voz baja.

-Dime

-¿Volveras a irte?-le pregunto quedamente, deslizando sus manos hasta las de la chica.
Esta subió un poco la cabeza, mirandolo sorprendida y luego la volteó hacía otro lado con tristeza.

Se tensó al ver aquélla expresión en el rostro la morena; por supuesto que volvería a irse.
Soltó sus manos, frunciendo en ceño y se volteó mientras bufaba.

Aún no es tarde [MutsUrie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora