Capítulo 3: Ojoloco Moody y una cita inesperada

48 13 3
                                    

A la mañana siguiente me levanté con bastante buen humor e incluso me levanté una hora antes que mis compañeras, así que fui sola al comedor. Durante el desayuno, unas nubes enormes de color gris del peltre se arremolinaban sobre nuestras cabezas, mientras yo examinaba mi nuevo horario, pero vi venir a una persona a lo lejos. Era Daphne.

- Buenos días Daphne - Le saludé mientras volví la vista al horario.

- Buenos días madrugadora - Me saludó Daphne y le sonreí. - ¿Eso es el horario? - preguntó y asentí con la cabeza. - ¿Qué nos toca ahora?, ayer no me dio tiempo para mirarlo - preguntó.

- Hoy por la mañana nos toca Historia de la Magia con Ravenclaw...- Dije pasando mi dedo por la columna del lunes de mi horario - Cuidado de Criaturas Mágicas con Gryffindor y esta tarde dos horas de Adivinación con Gryffindor también -

- ¿Estás en Adivinación?, yo me quité este año...esa mujer está loca, siempre prediciéndonos la muerte. Tenías que haber apuntado en Aritmancia, por lo menos se estudia algo sensato -
Iba a responder cuando de repente se oyeron sobre nosotras un batir de alas, y un centenar de lechuzas entró volando a través de los ventanales abiertos. Llevaban el correo matutino. Instintivamente, alcé la vista y vi una lechuza blanca y negra, era la de mi padre. Kiwin se posó en mi hombro y dejó caer en mis manos una carta junto una caja mediana.
Le acaricié la cabeza a Kiwin y le dí su propina.
Inmediatamente abrí la carta de mi padre.

Querida Isolt:
Estoy muy orgulloso de que hayas quedado en Slytherin...tu madre también lo estaría aunque no hayas quedado en su casa.
Aquí en Baltimore está todo tranquilo, no te preocupes de nada, bueno de tus estudios POR SUPUESTO QUE SI.
Pórtate bien y no te metas en líos, ya sabes que pasó en Ilvermorny....y sobre todo controla tus poderes.
Si tienes algún problema consúltale a Dumbledore, el sabrá que hacer.
Ten mucho cuidado y cuídate.
Te quiere.
William Sayre jr.
Pdt: Te he mandado plumas de de azúcar, varitas de regaliz y bollos de Bath. 
¡Y LO MÁS IMPORTANTE!, Osiris está metida en la caja, cuídala bien...últimamente está muy borde.

Terminé de leer la carta y miré a Daphne, ella también había leído la suya.

- Mi madre tan pesada como siempre - comentó rodando los ojos - ¿la tuya? - preguntó y sentí un ardor en los ojos.

- Murió cuando era pequeña - Comenté mientras cogía lo que me había mandado mi padre. - Pero tranquila, no pasa nada - Le dediqué media sonrisa y ella me la devolvió un poco insegura. - Por cierto acaba de llegar mi mascota....y es una serpiente -

- ¡¿Que?!, ¡le tengo pánico a las serpientes! - gritó asustada.

- Tranquila, es buena, digo bueno - Dije riendo y Daphne estaba a punto de desmayarse al ver salir de la caja que me mandó mi padre a Osiris.
Al fin me sacas de esa caja minúscula, casi me da un chungo ahí dentro. Eso no es lugar para meter a una serpiente de mi clase - Siseó Osiris enfadado y reí en voz baja, ya que nadie sabía que podía hablar parcel.
Inmediatamente Osiris, empezó a subir mis brazos hasta enrollarse en mi cuello sin apretarme.
Osiris era una serpiente mediana y de color marrón verdoso.

Por el camino hasta las mazmorras intenté calmar a Daphne, ya que estaba muy nerviosa por la presencia de Osiris.

- Sangre Pura - Dije y la gran puerta se abrió.
Fuimos directamente hasta nuestra habitación y dejamos lo que nos mandaron nuestros padres ahí.

- ¿No vas a dejar a la serpiente aquí? - preguntó extrañada.

- Claro que no, Osiris lleva horas encerrada en esa caja necesita respirar un poco de aire fresco - Daphne me miró raro, y siguió andando.

Carla Sayre y Cáliz del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora