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Jimin mordía nerviosamente sus delgadas uñas mientras que se dejaba peinar por las manos expertas del omega más importante de la manada, la chimenea ardiendo vigorosamente, calentando el pequeño vestíbulo en ese día de crudo invierno.

El pequeño Jungkook jalaba de su túnica reclamando atención. Jimin se agachó y lo cogió en brazos, el pequeño de dos años inmediatamente buscó el seno del que ya no salía más leche materna. Lloriqueó cuándo su pedido no fue atendido.

-¿Por fin has dejado de darle pecho? -preguntó el mayor quién observaba con satisfacción su trabajo en Jimin.

-Ha sido una semana difícil para él, está acostumbrado a tomar un poco antes de dormir. -Acarició el lacio cabello de su cría, tratando de calmar sus suaves sollozos.

-Lo mimas demasiado, el chico ya está grande, debía dejar tu leche algún día y sinceramente creo que te has tardado en quitársela. -Jimin hizo una mueca. -Sabes que tengo razón, Jungkook está creciendo, no puedes tratarlo como a un bebé. No más. -Jimin suspiró melancólico.

-Lo sé, hyung, es sólo que hemos sido Jungkook y yo por un largo tiempo, me es difícil notar lo mucho que ha crecido. Para mí siempre será mi bebé. Lo entenderás cuándo tengas a tus mellizos, hyung.-Jin sonrió amorosamente.

-Jungkook tiene suerte de tener un padre como tú, siéntete orgulloso de eso Jimin -el mayor se echó con dificultad en el sillón. Soltó un quejido sobando su vientre. -Pero ya no tienes que sentirte responsable de todo tú solo, ahora tendrás a alguien con quien compartir tus preocupaciones y tus logros. Yoongi es un buen alfa, es callado y reservado, pero bueno. -puntualizó.

-Tengo miedo de no ser lo suficiente para él, ¿después de todo quién querría a un omega... como yo? -tomó la botellita con leche que había preparado previamente, y acomodó a su hijo para dársela.

-No te menosprecies Jimin, tú no tienes la culpa de lo que te pasó, y sí conozco a alguien que quiere a un omega como tú. -dijo sobando su abdomen al sentir unas pataditas inquietas. -y ese hombre es con quién te vas a casar el día de hoy, se llama Min Yoongi y en... -echó un vistazo al reloj que adornaba su blanca muñeca. -unas dos horas tendrás una bonita marca en tu cuello que unirá tu vida y la de Jungkook, a él. Serán una familia.

-Me harás llorar, hyung. -dijo bajando la mirada a su hijo.

-No te atrevas a arruinar el maquillaje que te he aplicado, me costó mucho encontrar tu tono de base, esas ojeras que te cargas son terribles. -exageró.

-Jungkook ha estado un poco latoso éstas noches.

-Y el que estará latoso las siguientes noches será Yoongi, ahora que está cerca su celo, tratará de preñarte hasta que consigas trillizos. -Taehyung entraba a la habitación con una bandeja de bocadillos.

-¿Qué traes ahí Taehyung? -Jin alzó la cabeza para ver mejor. -¿no es esa una de las bandejas que dejé en el gran salón para la manada? -gruñó enfadado.

-Tenía hambre hyung, perdón. -se llevó un pan a la boca. -egstan muu deligiojos.

-Traga antes de hablar, es asqueroso. -regañó el mayor. -y a todo esto, ¿Cómo sabes tú que el celo de Yoongi será pronto?

-Porque hobi me lo dijo. -metió un bocadillo completo a su boca.

-Ugg, debes aprender a comer, Taehyung, no comprendo cómo es que tienes a mi cuñado loco por ti, pobre Hoseok, ¿algún día le harás caso? -El castaño hizo un gesto con sus hombros.

-Es verdad, Taehyung, deberías dejar de darle esperanzas a Hoseok si es que no sientes nada por él, estás siendo cruel.

-Oí por ahí que Daehyun está muy interesada de darle algunos cachorros. -picó Jin. Taehyung frunció el ceño.

MANADA 🐾  |YOONMIN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora