CAPÍTULO TRES

2 2 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Demasiado para unos minutos

-Tenes que decirle.- ordenó Megan mientras caminaba de un lado a otro en mi sala

-No puedo

-Mamá se enojó con el. No le habla desde ese día... Alia no quiero culparte pero si le hubieras dicho la verdad esto no habría pasado

-Lo siento mucho... No era mi intención - sabia que no debía ir yo era una molestia y por mi culpa Giana estaba enojada con Sean cuando deberían estar felices. Me siento un estorbo

"quizá él debió terminar lo que empezó ese día en el hotel. Así no estarías causando tantos problemas. Eres una idiota debiste quedarte en casa"

-¡Ya se! Por eso mismo antes de que haya más malentendidos tienes que hablar con el.

No hable por un rato muy largo y ella tomo mi silencio como respuesta. Azotó la puerta al irse y mis lágrimas salieron.

Entendía a Megan pero no podía ni siquiera pronunciar la palabra que definía lo que me pasó.

Lo siento Megan pero no soy valiente

Desde el viernes los días siguieron su ritmo. Evitaba ir a la cafetería, a los parques y al centro comercial, sabia que Sean estaría de seguro en esos lugares. Pero por suerte sólo debía aguantar unas semanas más y después me iría lejos.

*****

La semana siguiente estaba en casa viendo una serie cuando golpearon la puerta, no era muy tarde pero no esperaba a nadie asi que no respondí nada

-Alia soy Andrew

-Hola- lo salude al abrir

-Hey! Que es de ti? Ya no te dejas ver

-Demasiados libros, no me quejo ¿qué tal tu?

-oh mi niña sabelotodo- me despeino antes de sentarse en el sillón donde yo estaba- los chicos fueron por pizza y refrescos- me informó y sonreí

-Ustedes deberían avisar cuando hagan esto, un día podría no estar y qué harían ¿eh? - intente sonar adulta pero no me salió, Andrew me conocía demasiado

-Cuando no estés te usurpamos el apartamento- dijo levantando una ceja

Negué y me volví a sentar en mi sillón

Estaba cómoda cuando el timbre volvió a sonar y se escuchó la voz de los chicos, negué sonriendo y Andrew los hizo pasar

Esto era común, después del incidente los chicos venían una o dos veces a la semana a mi apartamento a "hacer fiesta" básicamente traían comida y veíamos tele, jugábamos videojuegos, hacíamos retos o simplemente hablábamos. Lo hacían para asegurarse que yo estuviera bien y los amaba mucho por preocuparse por mí

Entre espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora