Asustado.
Así llevaba Raoul más de 24 horas.
Se levantó un lunes creyendo que iba a quedar con su mejor amiga para contarle que su madre, la persona más importante de su vida, ya sabía quién era, ya sabía su verdad. Pero no.A Raoul se lo llevaron ese mismo lunes y le encerraron. Despertó al día siguiente.
27 de febrero, martes
No. No era un sueño. Y esa era su última esperanza al abrir los ojos. Deseo inconcedido.
El colchón no era nada cómodo, de hecho era una colchoneta helada y dura.
Comenzó a mirar a su alrededor sin moverse–por el cansancio o por el pánico–.
Aquello era un cuchitril. Las paredes estaban cubiertas tan solo con cemento y la única iluminación que entraba en aquella estancia era la de la rejilla de la puerta, y ni siquiera era la luz del sol. Esa no volvería a verla.
Se incorporó masajeándose el cuello con una mano, porque le dolía. Cuando vio todo lo que le rodeaba, su cara fue arrugándose y su cuerpo estremeciéndose. La angustia se apalancó en su pecho y se sentó en el suelo para no caerse mientras comenzaba a llorar.
–Mamá... Por qué...–Le decía al aire una y otra vez.
Se quitaba en vano las lágrimas de sus ojitos, porque el llanto no cesaba. Pero un par de minutos después empezó a calmarse y a intentar hacer algo útil, pero él no era el primero ni sería el último en intentarlo: la búsqueda de una escapatoria.
Forzó la puerta un millón de veces, palpó cada metro de pared que alcanzó e hizo lo mismo con el suelo, sin conseguir nada.
Nada, no hay absolutamente nada. Joder. Mierda.
Entonces trató de encontrar algo, así, abstractamente, en el camastro, aquello parecido a un retrete o el lavabo. Algo que le sirviese para alguna cosa, también abstractamente, porque ¿a quién quería engañar? No había opciones.
Quitó la sábana de encima de la colchoneta y aparto esta después.
Muro.
No era ni tan siquiera un somier, era más cemento. Y su triste ilusión de encontrar algo bajo la colchoneta se fue de nuevo al garete: nada en absoluto.
Colocó de nuevo e hizo minuciosamente su "cama", porque aun en esas condiciones él tenía que hacer las cosas bien y lo poco que tenía, necesitaba tenerlo ordenado.
Se sentó después y hundió la cara en sus manos. Por qué le pasaba esto a él.
Su suspiro profundo se vio interrumpido por un estruendo fuerte que trajo consigo un poco de luz. La puerta se estaba abriendo y Raoul no era capaz de moverse. Se quedó expectante ante la larga y delgada sombra que estaba ante él.
–Ven.
Raoul, naturalmente, no obedeció. Si ese hombre quería algo, que se acercase él.
–¿Qué? ¿Tanto te gusta tu nueva casa? Vaya con el niñito rico–se rió.
–Vete a la mierda...–Respondió Raoul en un susurro.
–Que vengas–exigió esta vez en un tono firme–, o tendrán que sacarte a rastras. Tú decides.
–¿A dónde me vais a llevar?
–A Disneylandia. A los enfermos como tú les gustan esos sitios, ¿no?–Volvió a reír.
Raoul sintió una vez más angustia y desesperación, pero antes de que le arrastrasen, prefería ir por su propio pie. Se alzó con un nuevo dolor, el del culo. Realmente aquel sitio era muy pero que muy incómodo.
![](https://img.wattpad.com/cover/143103540-288-k453314.jpg)
ESTÁS LEYENDO
One night in Ibisa. [RAGONEY].
FanficEste fic es completamente ficticio y sienta sus bases en una de mis series favoritas: Queer as Folk. Los roles que se le dan a los personajes no tienen nada que ver (en su mayoría) con la realidad. Os pido que no juzguéis las acciones crueles ya que...