III. Reinicio.

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Stephen caminaba por un sendero de piedras bordeado por los arbustos repletos de las bayas más rojas que haya visto en su vida. El lugar parecía casi desierto, pero estaba cubierto de verde en todas las tonalidades, de los bellos sonidos de la naturaleza, del olor del mar y las flores mezcladas en el aire puro. Y lo mejor de todo, él no estaba caminando solo, a su lado estaba el hombre que se había ganado su corazón por completo, aquel por quién él había decidido componer las más bellas melodías con su lira, aquel por quién levantarse cada mañana, aquel con la sonrisa más brillante que el amanecer.

Ellos llegaron a la orilla del mar y se sentaron allí, sobre una manta que habían traído de su humilde hogar. Tony observaba las olas rompiéndose en las rocas y Stephen lo observaba a él, vestido con una especie de toga blanca y roja que no dejaba mucho a la imaginación. Eventualmente Tony se dio cuenta que estaba siendo observado y entonces una sonrisa traviesa atravesó su bello rostro, se descubrió el hombro lentamente, dejando expuesta una apetitosa porción de piel dorada para él. Stephen se inclinó hacia delante para tomar todo lo que se le ofrecía, lamiéndose los labios con anticipación, Tony riendo divertido. ¿Era esto la felicidad? Por supuesto que lo era, con él.

"Bueno, no creo que esto sea necesario de ver, ¿no creen? Ya sabemos cómo va a terminar."

La voz de Wong llegó desde algún lugar y la pareja se encontró mirando hacia los alrededores.

"Vayamos más adelante".

Stephen fijo la vista al cielo, medio consiente de dónde estaba, medio confundido por la interrupción. El escenario cambió y ahora ellos estaban en una casa pequeña hecha de madera y barro, su hogar. Stephen estaba tocando distraídamente su lira y Tony trabajaba en unos bosquejos, en el diseño de una espada y una armadura al parecer. Ellos no estaban bien, Stephen lo sabía, estaban tensos los dos.

"¿Por qué tienes que hacer esto por ese idiota?" Stephen sentía ira, no hacia su esposo, sino hacia aquel hombre.

Tony suspiró cansado. "Ya te lo dije, cariño, nos va a pagar bien y sabes que necesitamos el dinero."

"Eso no es cierto, no lo necesitamos. ¿Qué es lo que estás ocultándome?" Tony no contestó, sólo siguió trabajando en su diseño. "Por favor, cariño... Habla conmigo"

Tony pareció ablandarse con el sonido suave y suplicante de su voz, y entonces miró a Stephen. "Yo... Quiero irme de aquí, vayamos a vivir juntos a la ciudadela, con este dinero podremos comprar una casa allí".

"¿Por qué quieres irte de aquí? Somos felices, ¿no es así? ¿Qué sucedió?"

"Odio mentirte... Pero no estoy listo para decírtelo ahora... Confía en mí, te lo diré pronto, necesito que vengas conmigo"

Stephen estaba preocupado y dolido, pero decidió confiar, él siempre confiaba. Ellos iban a irse de aquel bosque en donde habían vivido por años, en donde toda su historia había comenzado.

"Un poco más adelante, quizás". Interrumpió Wong.

El escenario volvió a cambiar, pero esta vez no había nada allí, solo oscuridad. Todo lo que Stephen podía ver eran solamente tinieblas, todo color negro y nada distinguible allí. El miedo se apoderó de su cuerpo, él quería correr pero ¿hacia dónde?

"Eh, creo que esto no está saliendo bien".

"¿Wong?" Stephen se sentía dividido entre su yo anterior y el actual, ser ambos al mismo tiempo era una de las experiencias más agotadoras y confusas de su vida.

Predestinación (IronStrange fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora