IV: Reunión.

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IV: Reunión.

Cuando Viernes le avisó a Tony que Stephen ya había despertado, al fin pudo dejar ir ese molesto nudo en el estómago llamado "ansiedad y preocupación excesiva" que lo venía atormentando durante treinta y tres horas seguidas, que fue todo lo que duró la "pequeña" siesta del buen doctor.

Tony sirvió un vaso de agua fresca de su refrigerador y al llegar a la habitación, su habitación, el hechicero estaba sentado en la cama y charlando con Viernes. Punto para Stephen: él no estaba mirando al techo como casi todos solían hacer cuando hablaban con sus I.As.

"No me molestaría hacer más conjuros inofensivos para ti, para que puedas analizarlos todo lo que quieras".

"Gracias, doc. Realmente disfruté analizando su firma de energía".

El doctor lo miró con ojos descansados, Tony decidió que le encantaba la combinación de Stephen y su cama, la forma en la que se veía al despertar, con el cabello revuelto y en una camiseta simple de su propio closet. Vulnerable, cotidiano, cálido. Lo único que desentonaba era la curiosa Capa flotando al otro lado de la cama, como un soldado en guardia.

"Me gusta tu inteligencia artificial", le dijo Stephen.

"Si, lo noté". Tony se sentó en el borde de la cama. "¿Cómo te sientes, Aurora?"

Éste sonrió y negó con la cabeza ante la referencia a la Bella Durmiente. "Bastante bien. ¿Cuánto tiempo estuve afuera?"

"Unas treinta y dos horas con cuarenta y siete minutos".

Aquel no pareció sorprenderse con el dato. "Bueno, no estuvo tan mal."

"¿Siempre sueles dormir tanto al volver de una misión? Dios, no puedo imaginarme a mí mismo durmiendo esa cantidad de horas, de hecho, tengo suerte si puedo pasar las cinco o seis horas de sueño ininterrumpido".

"Estuve cinco días trabajando casi sin descanso. Nosotros, los Maestros de las Artes Místicas, extraemos energías del entorno, de la dimensión en la que nos encontramos para poder usar nuestros hechizos, y al volver estaba demasiado cansado como para poder pensar con claridad y concentrarme. Supongo que cuando curé al muchacho terminé gastando parte de mi energía personal y eso terminó de agotarme por completo".

Tony hizo una mueca de desagrado y preocupación, y le tendió a Stephen el vaso con agua. Se lo terminó en un par de segundos. "No te preocupes, ya he recargado toda mi energía. Te dije que estoy bien, sólo tengo un poco de sed y muero de hambre. ¿Cómo se encuentra el muchacho?"

"Peter está bien, demasiado bien, de hecho. No quería irse hasta que despertaras para darte las gracias y se la pasó molestándome todo el rato. Tuve que amenazarlo con llamar a su tía si no volvía a su departamento".

Stephen se quedó mirándolo con una expresión suave, sonriendo de forma sutil. Tony se preguntó que estaba pasando por ese complejo cerebro suyo.

"Me alegra que el niño esté bien, puedo ver lo importante que es para ti".

Oh. Bueno, Tony no podía negar eso.

"Entonces..." continuó Stephen mirando a su alrededor con una ceja arqueada. "¿Es esta una habitación para invitados? Sabía que eras un billonario excéntrico, pero esto es demasiado."

Tony sonrió con malicia. "Oh, no, por supuesto que no. Aunque las habitaciones para invitados también son impresionantes, sabes. Esta es mihabitación, de hecho."

Stephen abrió los ojos grandes y no pudo evitar reírse de la confusión de aquel hombre.

"¡Tony! Pero qué demonios..." En ese momento, luego de otra mirada exhaustiva a su cuarto, el doctor pareció percatarse de algo. Tony pudo ver la lamparilla encendiéndose. "Es decir... ¿duermes sólo? ¿Acaso tú y la señorita Potts no son...?"

Predestinación (IronStrange fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora