Oscuro Pacto.

Capitulo. XX. Demonio.

 Nunca pensé que terminaría en esta situación tan molesta, yo aquí tirada en el piso con mi ropa llena de una sustancia pegajosa, mientras la muy perra de Leila suelta escandalosa risotada, todos están observando mi condición tan humillante. Me coloco de pie y le suelto una bofetada que retumbo en todo el salón, ella me mira y sus ojos se inyectan de sangre al verme sonreír.

_ ¡Rata de alcantarilla como te atreves a tocarme! – dice echa una fiera. El murmullo de los demás se intensifica cada vez más. Si tardanza me aparto de su lado.

_ Te lo tienes bien merecido no tenias por que actuar como estúpida mocosa y dices que la infantil soy yo. Me das lastima anciana – mis palabras surgen el efecto deseado y viene en mi dirección. – ni se te ocurra colocarme una mano encima y veras que tu lindo prometido tomara represarías contra ti mujer caduca. – dije dándole la espalda.

Ella no será quien me deje mal puesta delante de nadie, sacudo mis manos un par de veces para quitar esa cosa asquerosa de mi piel. Escucho la voz de Damián detrás de mí.

_ ¡Amor que te sucedió! – esas palabras me revolvieron el estomago de verdad no me gustan para nada, de inmediato lleva su mano a mi rostro. De repente siento una mirada y al girar a mi derecha Esteban esta mirándome mientras habla con alguien que no conozco. Esto es incomodo.

_ ¡Mi señor… espere! ¿A donde va? – dice el hombre. No puede ser Esteban se dirige hacia nosotros, yo de inmediato volteo, Damián al ver mi reacción voltea rápido.

_ ¿Qué se te ofrece primo? – pregunta con un gesto de pocos amigos. Sin pensar mucho le tiro del brazo.

_ Vamos Damián. No tienes que fijarte en él – pero el muy tonto no se mueve. Esteban ignora su pregunta y se acerca a mí.

_ ¿Quién te hizo eso? – su voz me causa un poco de miedo. No debo prestarle atención, me digo una y otra vez. - ¡Responde! – Damián se molesto.

_ Ella no tiene que rendirte cuentas a ti, Esteban Alice no es de tu propiedad que quede claro.- indica acortando la distancia entre ellos.

_ Eso lo decido yo ella me pertenece aun, siempre a sido así y lo seguirá siendo, y tú sólo eres un entrometido. – ya estoy harta de esta estupidez así que los separo colocándome en el medio.

_ ¡Ya vasta! ¿Quieres saber quien me hizo esto? Muy bien te lo diré, tu lunática novia, ella siempre anda acosándome, enserio no pretendo seguir así toda la vida. Con esa loca detrás. – sin más que decir le di la espalda llevándome a Damián casi arrastra.

Entramos a mi habitación rápidamente, estoy tan molesta con la actitud de Damián, todo es tan violento y ruidoso. No estoy de ánimos y menos como ando cubierta de esa cosa viscosa. Me paro en la puerta del baño.

_ ¡Tú me esperas aquí! ¿Ok? Mientras me ducho, ya no lo soporto un segundo más, esto me esta volviendo loca – digo levantando mis manos; camino al baño. Me quito el vestido y dejo que el agua limpie mi cuerpo, se siente tan bien, que agradable, después de veinte minutos salgo y me visto en el baño, ¡Ni loca lo hare delante de Damián! – pensé sacudiendo mi cabeza. Al salir el pelirrojo esta dormitando en el sillón, así que me acerco a él.

_ Damián despierta – debe estar casando, Esteban le da más trabajo de lo necesario, esa es su forma de molestarlo. El chico sigue sin reaccionar, así que lo sacudo fuerte – vamos Damián despierta – dije en un tono más fuerte. Repentinamente siento que me toma del brazo, jalándome hacia él. Cayendo sobre sus piernas.

_ Dime Amor – dice abrazándome. Intenten colocarme de pie, pero él no me lo permite – quédate así un rato – dijo mientras mete su cabeza entre mi cuello. – Hueles tan bien – hace una pausa y prosigue – déjame pasar la noche contigo. – sus labios se deslizan por mi frío cuello, no puedo negar que se siente bien; va depositando pequeños mordiscos, luego alza el rostro para quedar frente al mío y sin darme tiempo a nada tomo mis labios de una forma tierna y suave, tan sutil, poco a poco van volviéndose más intensos y agresivos. Su mano va subiendo por mi pierna hasta llegar a mi muslo. Sin pensarlo lo retiro bruscamente.