LUCAS 4:13
Lucas y yo quedamos en vernos un sábado, dos semanas después de aquel primer encuentro y cuando llegó el día de nuestra cita, me preparé a fondo.
Ya conocía un poco sus gustos, y aunque sabía que no eran cosas imprescindibles para él y no me había pedido que lo hiciera, decidí consentir alguno de sus caprichos.
Al fin y al cabo, de eso se trataba, de complacernos mutuamente, además, tampoco lo veía como un sacrificio, eran cosas bastante sencillas.
Normalmente me hacía la depilación brasileña, pero esta vez pedí que me la hicieran integral, me hice también manicura y pedicura y me compré un conjunto de ropa interior negra con encaje y transparencias.
Me puse un vestido rojo, corto y un poco ajustado y unas sandalias negras de tacón fino y me solté la melena.
Lucas y yo habíamos quedado a las 8 y planeamos cenar en su casa esa noche.
Cuando llegué al portal llamé al timbre, pero en vez de abrir me dijo que esperase, que bajaba en un minuto, y pensé que necesitaría alguna cosa de última hora para la cena.
-Acompáñame a comprar unas cosas. Por cierto, estás espectacular- dijo mirándome de arriba abajo y poniendo la mano en mi culo para apretarlo con fuerza.
-Pues aún no has visto nada- respondí guiñando un ojo.
Lucas estaba tremendo, llevaba una camisa blanca con un par de botones desabrochados y las mangas recogidas hasta el codo, era bastante entallada y se le marcaban los pectorales, se había puesto también unos pantalones azul marino que le hacían un culo increíble.
Caminamos durante unos diez minutos hasta una pequeña calle y al llegar a la entrada de la tienda y ver el escaparate me quedé parada mirándole un poco sorprendida.
Era una tienda de juguetes eróticos.
-¿Qué haces ahí? Vamos, necesito que me ayudes a elegir- dijo sujetando la puerta.
Era cierto que me gustaba disfrutar del sexo, pero tampoco es que yo hubiese experimentado demasiado con ciertas cosas, mis relaciones hasta ahora habían sido bastante clásicas.
Dudé unos segundos, pero accedí, sintiéndome curiosa.
La dependienta saludó a Lucas, se conocían y hablaban con cierta confianza, imaginé que sería cliente habitual.
Claudia, que así se llamaba la chica, preguntó si teníamos algo en mente, Lucas le dijo que quería algo de lo que pudiésemos disfrutar los dos.
-Aconséjanos, pero evita la estantería del fondo, eso no me va.
Me acerqué a esa estantería y allí había cosas que no había visto en mi vida, la mitad de aquellos aparatos no sabía ni para qué servían.
Había látigos, cuerdas, esposas, mordazas, pinzas para los pezones y mil objetos extraños y enormes, incluso vi un cepo y una pala que soltaba descargas eléctricas.
Me estremecí solo de pensar en utilizar aquello, suerte que Lucas ni lo miró, hubiese salido corriendo de aquella tienda.
Me parecía genial que existieran ese tipo de cosas, en el sexo, siempre que fuera consentido, cada uno podía disfrutar como más le apeteciera, pero definitivamente aquello no era para mí.
Ojeé intrigada un montón de objetos por toda la tienda y básicamente lo único que reconocí fue una polla de goma.
Lucas, al verme con ella en la mano, hizo un gesto negando con la cabeza.

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Lucas
Teen FictionSerie de 3 relatos cortos que narran los encuentros sexuales entre Lucas y Jimena. "Lucas y yo solo nos habíamos visto una vez, hacía ya un par de meses, cuando mi amiga Natalia nos presentó. Esa misma noche recibí un mensaje suyo a través de una re...