Me desperté por los suaves rayos del sol entrando por la ventana, el dulce canto de los pájaros, el leve sonido de las olas y con la sensación de un cuerpo pegado al mío completando mi vida, o al menos eso era lo que ocurría en mi sueño porque en Nueva York no tenemos esas preciosas olas, hay pocos pájaros que no sean palomas, mis cortinas siempre se quedan cerradas por la noche y, por supuesto, no tenía a nadie.
Mi madre entró por la puerta de mi habitación golpeando una cuchara de madera con una sartén y abrió mis cortinas como si fuera una película. Yo miré a la poca luz solar del amanecer como si fuera un vampiro y escondí mi cabeza debajo de la almohada.
Al ver mi reacción mi madre, Sally Jackson, se sentó en el borde de mi cama camuflando una risa con tos. Posó suavemente una mano sobre mi espalda y luego me arrebató la almohada de un tirón y la puso a mis pies.
-Tu padre vendrá en un momento.- me dijo con un suspiro
Yo contesté con algo parecido a un gruñido de indignación y tras eso le pregunté:
-¿Y lo de la cacerola era realmente necesario? A penas ha salido el sol, despertarás a Stelle.
-Oh, por favor Percy. Stelle lleva siglos levantada,- se rió mi madre- lo de las cacerolas como tu lo llamas ha sido idea suya. La verdad es que no se como tiene tanta energía.
Sonreí levemente y me preparé mentalmente para el día que se le venía encima. El sol a penas había salido lo que significaba que mi padre me llevaría a pescar. Mi madre se levantó de la cama y salió de la habitación para dejar que me preparara.
Miré detenidamente el contenido de mi armario pensando el que ponerme para ese día. No solía importarme mucho con lo que me vestía pero cuando se trata de mi padre todo era diferente.
Poseidón era otro hombre desde su vuelta, era frío y me miraba como si esperara algo más de mi, lo que no entendía porque siempre me he esforzado al máximo en todo lo que he hecho: las competiciones de natación, la escuela. Aún que no fuera el mejor estudiante tenia unas buenas calificaciones a pesar de mi dislexia e hiperactividad .
Finalmente me decidí por un par de pantalones vaqueros, una camiseta de manga corta y unas Nike negras para correr antes de ir a la cocina que estaba en la planta baja a comer el desayuno. Hablando del desayuno, mi madre hace las mejores tortitas azules DE TODOS LOS TIEMPOS. Por favor no preguntéis como los demás, sí, son azules de verdad.
La cosa es que no esperaba encontrarme una escena tan normal y a la vez no tanto. Mis padres estaban hablando, Paul junto a ellos y Tritón, Stelle jugaba con Tyson a las escondidas por la cocina.
Tritón era el mayor de los tres hijos de Poseidón, un chico con un cuerpo increíblemente trabajado, un pelo negro como el carbón y los mismos ojos verdes mar que teníamos todos nosotros. Él tenía unos veintiún años.
Tyson era un chico corpulento y grande con el pelo castaño, era el más pequeño de todos aunque no lo pareciera. Él tenía doce años y siempre me ganaba cuando jugábamos a las guerras con pistolas Nerf.
Me quedé parado allí en mitad de la cocina hasta que por fin todos notaron mi presencia, ya era hora.
Mi padre sonrió en el mismo momento en el que me vio, por primera vez en años (no, la canción de Frozen no) esa sonrisa consiguió llegar a sus ojos y eso me hizo sonreír a mi también.
-Vamos,- dijo cogiendo mi brazo mientras me llevaba a la puerta de salida gritando- vamos a llegar tarde.
-¿Tarde para qué?- pregunté pero no obtuve ninguna respuesta
Miré a mis hermanos en busca de una respuesta. Tyson seguía jugando con Stelle llevándola en los hombros siguiéndonos a mi padre y a mi y Tritón tan solo se encogió de hombros. Ninguno de los tres sabía a donde nos dirigíamos.
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Annie [Una historia de Percabeth]
FanfictionAnnabeth Chase ha vivido toda su vida en un orfanato de Nueva York en los barrios bajos, y está a punto de cumplir los diecisiete años. Vive atrapada en un piso con sus amigas y la señorita Adriane Hannigan que es otra versión de Miss Hannigan en An...