Confesiones

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Miraculous pertenece a Thomas Astruc y este fic es por mera diversión.

Something about us.

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Confesiones.

Marinette no podía creer lo que él le había dicho, parece que el alcohol y la droga la tenían en otro mundo, pero no era así porque cuando se percató de cómo había reaccionado y cómo él la siguió hasta la casa, supo que quizás se había delatado sola.

―Nunca me... me trataste de esa manera... ―otra vez volvió el tartamudeo.

Adrien suspiró.

―Lo supe ese día que nos volvimos a ver en la torre, buginette.

Marinette estaba aterrada, pero debía seguir disimulando.

―N-no sé de qué hablas...

―Vamos, no sigas fingiendo bichito ―habló él, acercándose más a la chica―. Cuando nos vimos en el trabajo conversamos de mi viaje y del asunto de mi padre. Y también te lo revelé en la Torre Eiffel esa noche. ¿Y qué fue lo que me dijiste?, me llamaste por mi nombre...

Su corazón latía a gran velocidad y estaba completamente muda. Le dio la espalda tratando de razonar o buscar alguna respuesta ante todo lo que estaba diciendo. Definitivamente, él era Chat Noir y un montón de sensaciones comenzaron a aparecer en ella. ¡Ella lo había besado! ¡El siempre cuidaba de ella! ¡Se sacrificaba siempre por su bienestar! Chat y Adrien eran la misma persona. En ese momento Marinette hubiese preferido que se la tragase la tierra.

―¿M-Marinette? ―Adrien comenzó a preocuparse, presenciando que la chica no decía nada, creyó por un instante que tal vez... se había equivocado.

Las sensaciones en su interior no lo dejaban en paz, necesitaba que la chica frente a él le dijera algo, le gritara, se riera, llorara o lo llamara ridículo, pero el silencio lo tenía impaciente. Aunque, pasara lo que pasara, sabía que su secreto podía estar bien asegurado con ella. Marinette era una persona intachable, siempre la recordó así, no sería hoy la excepción a pesar de los años.

―¿Puedo conocer a tu kwami? ―se arriesgó a preguntar, intentando sonar seguro.

No pasaron ni dos segundos, cuando Tikki se movió en el bolso de Marinette esperando que esta aprobara o no el salir de allí. Marinette miraba a su amiguita, esperando que la kwami le diera alguna señal para decidirse.

―Este... es Plagg ―dijo algo más desganado, parece que nada estaba resultando según sus planes. Pero ya que más daba, se había delatado ante la chica, y no iba a ocultar su identidad. Agachó entonces su mirada y esperó que los minutos avanzaran ¿Qué más podía hacer?

Plagg flotaba delante de Adrien esperando que la chica se girara para que lo viera, el pequeño kwami sabía la verdad, pero no era su deber decir algo en ese instante, sólo esperaba que la portadora de Tikki no dejara en ridículo a Adrien, pero aún no se dignaba a hacer algo. El kwami negro entonces miró a su portador quien tenía un temple muy triste. Y eso le recordaba a los días en que el padre de éste simplemente lo ignoraba.

―Lo lamento Plagg ―le habló despacio, exclusivamente al pequeño gatito.

Marinette suspiró, y volvió a tomar aire para enfrentar lo que haría a continuación. Se giró sobre sí misma para ver al rubio y a la pequeña criatura que estaba a su lado. Se asombró de ver al kwami de color negro, con sus ojos verdes y sus largos bigotes, en verdad se veía muy adorable, tal y como lo era su amiguita.

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