Aquella muchacha, llena de fulgor
abre sus ojos día a día,
llena de ilusiónAquella muchacha, nubes de amor,
crecen día a día en su corazónAquella muchacha, labios de dolor,
no sabía lo que le esperaba,
en su ilusa ilusiónAquella muchacha, llena de fulgor
rápido se marchito, por los labios de un pecadorMás en su interior, otro ángel renació
un pequeño querubín
que en su sol se convirtió.-A. I. Maradiaga.