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Luego de sus palabras solo hubo silencio, pero no era un silencio incomodo, era un silencio que decía miles de palabras y emociones, yo nunca había pasado por lo que Tyler pero si había pasado por muchas fracturas en el corazón y no es algo que se supere de la noche a la mañana, arrancó el auto.

Llegamos al bar donde trabajo y baje del auto me acerque a su ventana y hable.

– ¿Dejaste algo en la botella de anoche?- le pregunte.

– No mucho, ¿Por?

– Esperame aquí, ya vuelvo.– Entre al bar y fui a buscar a mi jefa le dije que tenia mucho trabajo atrasado para mañana y le pedí permiso para faltar hoy, me dijo que estaba bien.

Tome una botella del bar y me marche al auto, subí y el arranco.

Llegamos al estacionamiento de mi residencia y el se quedo en silencio.

- Oye, pase por algo similar a ti, quiero decir, por un corazón roto, pero esto me ayudo mucho- dije mostrándole la botella que traía en las manos, el me miro, sonrió y bajamos del auto.

Unos minutos o quizás horas después.

– Entonces si a la naranja le salen cachos se vuelve Toronja, ¿entiendes? Toro- Onja, porque tiene cachos JAJAJAJAJA– Tyler estaba revolcándose de la risa mientras yo le contaba los chistes mas malos que existían en la vida, cuando llegamos limpie su labio partido y sus puños que estaban llenos de sangre, pedimos pizza y comenzamos a beber para ahogar nuestras penas como dios manda.

Tome otro trago largo directo de la botella, habíamos acabado con la que había traído del bar pero en mi casa tenia algunas guardadas que me regalaban y las que trajo Owen cuando estaba celebrando su compromiso aquí en mi casa.– ¿Sabes que le dijo un perro a otro? – Le pregunte.

– Nop, nopiti, nopiti, nop– Si esa respuesta no aclaraba lo tomado que estaba Tyler, entonces no se que lo hará.

– Miau.

– ¿Miau?

– Si porque es bilingüe JAJAJAJAJAJAJAJAAJA – Y volvimos a partirnos de la risa.

Pase a recostarme a su lado, estábamos de un modo extraño, su cabeza y la mía estaban unidas, y nuestros cuerpos separados.

Pasaron segundos, tal vez minutos, quizás horas.

Hasta que...

– Quería tener un hijo. – Dijo mirando al techo. Voltee a ver su cara y algunas lágrimas rodaban por su mejilla, habían corrido por ahí en medio del silencio.– por eso pensé en pedirle matrimonio, quería casarme con ella para en el futuro tener hijos, o hijas, formar una familia.

Tyler comenzó a llorar, y yo solo estaba muda, Tyler no merecía lo que estaba pasando pero así es el amor, es igual a una lotería, puede que compres un boleto y lo ganes y te vaya bien y seas feliz como puede que te ganes un boleto vacío y un simple sigue intentando.

– James es mi ex-novio. – Solté sin mas.– Cuando vi a Samanta la reconocí de un sitio, e incluso cuando te vi a ti, algo en mi me decía que debía ayudarte y que te conocía de algún sitio. Luego Samanta lo aclaro todo, yo tenia un año con James, luego de un día para el otro me termino sin mas, mis compañeras de trabajo me decían que una relación así no podía acabar de un día para otro y me dijeron que investigara, así que lo hice– Hice una larga pausa.

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