Capítulo 13: Todos somos adictos...

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Lo sigo corriendo a toda velocidad, en verdad no puedo dejarlo que se vaya ensangrentado sin rumbo alguno. Lo encuentro quitándose la camisa y no se da cuenta de mi presencia hasta que grito su nombre.

─ No puedes seguirme, tienes que irte no quiero que te pase lo mismo que a Lucas─ dice tratándome de convencer, pero no lo logrará.

─ No me importa no puedes irte de esa manera

─ ¡Jade, no! ─ grita, pero de pronto siento que alguien jala mi cabello y me apunta con una navaja en el cuello.

─ Así que ¿con este perra nos vas a pagar? Muy listo Tristán lástima que a los dos se los va a cargar la verga─ dice un sujeto detrás de mí, quedo helada con sus amenazas.

Sostienen a Tristán entre varios hombres y lo obligan a que me vea fijamente. Con su navaja el hombre detrás de mi corta violentamente mi blusa dejando ver mis senos, mete una de sus manos bajo mi sostén y no puedo controlar el llanto, asco y rabia que siento en estos momentos. Cada parte de mi cuerpo tiembla, pero no puedo hacer nada, este es nuestro fin y es mejor dejarse llevar. Varios hombres me bajan los pantalones mientras yo me muevo bruscamente tratándome de defender con las últimas fuerzas que me quedan.

─ ¡No, por favor con ella no! Mátenme de una vez ya me tienen, pero déjenla libre ella no ha hecho nada soy yo el que les robó, ¡yo soy la puta rata que buscan! ─ grita demasiado fuerte Tristán, pero no sirve de nada, bajan mis calzones y quedo completamente vulnerable ante todos esos hombres depredadores.

─ ¿Qué opinas hermosa? Nos cobramos contigo y lo dejamos vivo ¿Qué te parece? ─ me dice el sujeto asqueroso pasándome el filo de la navaja por el estómago.

─ Háganme lo que quieran─ digo con la voz entrecortada. Ya no quiero vivir, no quiero sentir, sólo quiero que esto termine de una vez.

Lo que mal empieza mal acaba...

El hombre inserta sus asquerosos dedos dentro de mí y se los lame para después bajarse la cremallera de los pantalones, pero una sirena de policía suena ─ ¡Vámonos a la verga ya viene la chota! ─ el sujeto me empuja a la pared demasiado fuerte y todo se torna de color negro.

Nuevamente despierto en la cama de un hospital, alrededor de mil se encuentra mi padre, Lu, el pequeño Bry junto a los papás de Lucas. Lloro en silencio creo que he olvidado como hacerlo, mi padre soba mi cabeza y limpia mis lágrimas.

─ Tranquila mi pequeña ya estas seguras, nosotros te cuidamos no podrás hablar hasta dentro de unos días lo que te pasó fue muy traumático para ti, pero trataremos de descifrar todo lo que nos quieras decir ¿esta bien? ─ asiento con la cabeza, salen todos menos Lu, quería contarle tantas cosas sobre la muerte de Lucas, pero se me adelanta para hablar.

─Te tengo que decir algo muy importante que el doctor me prohibió decirte, pero sé que no me ibas a perdonar si no te lo dijera porque sé lo importante que es para ti este tema. Cuando la policía te encontró tirada en ese callejón por tu asalto, tuviste un golpe muy fuerte en la cabeza que te hizo quedar inconsciente por días y los doctores temían que no despertaras nunca más entonces no sé cómo se enteró Tristán, pero no se lo tomó nada bien ─ me toma de la mano y suspira muy nerviosa ─ se provocó una sobredosis de heroína, pero como nadie lo buscó siendo familiar lo desconectaron ayer en la noche ─ cierro los ojos del dolor que me provoca escuchar esa noticia.

Ese hombre problemático amante de la música, el arte, el amor, las drogas, el sexo irresponsable, ese hombre ensangrentado que ayude esa noche en aquel callejón mientras fumaba como loco cigarrillos. Tristán Lujan el hombre que me regaló los mejores y peores días de mi vida, que sacó la peor versión de mí, que me hizo renunciar a mis principios y valores humanos, por el que estuve arriesgando mi propia vida, mi cómplice y amor incondicional...

ADICTA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora