—¿Qué es lo que te pasa?—cuestioné luego de un par de minutos de silencio. Alana se mantenía en silencio sin dejar de mirar la calle y sin despegar las manos del volante del auto.
—No me pasa nada—respondió sin mirarme.
—¿Es por qué te dije que estoy enamorado de ti?—pregunté en voz baja.—No sé cómo pasó, no sé en qué momento crucé la delgada línea entre la amistad y el amor pero te prometo que es verdad...no intento lastimarte ni jugar contigo...por eso nunca te dije nada...—expliqué lentamente.
—¿Cuándo comenzaste tu relación con Melinda ya sabías que estabas enamorado de mí?—cuestionó en voz baja.
—Si—susurré y ella negó un poco—Nunca quise decir nada porque tú siempre me decías que era tu mejor amigo...no quería arruinar eso que teníamos...las amistades que se convierten en relaciones amorosas nunca terminan bien...por eso prefería callar...tenía la esperanza de que si tenía una relación con alguien más entonces el amor que sentía por ti volvería a ser el que un amigo le tiene a su amiga...Ali...—musité lentamente en voz baja.
—Sé que no justifica lo que ella te hizo pero...tú le hiciste lo mismo...—reclamó lanzándome una mirada fugaz.
—Lanny...—la llamé en voz baja.
—Te amé en silencio, Christopher...por años...—confesó lentamente y automáticamente mi corazón comenzó a latir descontroladamente dentro de mi pecho.
—¿Qué?
—¿Te imaginas lo que sentí cuándo me viniste a decir que le ibas a pedir a Melinda que fuese tu novia? ¿La manera en la que me sentí cuándo me dijiste que te ibas de vacaciones de invierno con ella? Me sentía terrible, sentía que el corazón se me partía en millones de pedazos porque estaba obligada a sonreírte y a desearte lo mejor siempre...porque eras mi mejor amigo aunque en el fondo estaba derrumbándome a pedazos...—me explicó y negué un poco.
—Lo siento tanto, Alana. No tenía ni idea que te sentías así...
—Escucha....discutamos esto después...justo ahora es lo que menos importa, tenemos otros problemas en los que deberíamos enfocarnos primero ¿no crees?—cuestionó lanzándome una mirada fugaz.
Me quedé completamente quieto observándola aun con el corazón en un puño—Creo que si...
—Bien, pensemos...sí tu acto de amor verdadero no es Melinda y tú crees que soy yo... ¿Qué se supone que tenemos que hacer?—cuestionó débilmente.
—¡Bésame!—pedí y ella parpadeó un par de veces.
—¡En tus sueños!—protestó de inmediato.—Ni siquiera puedo estar a menos de un metro de ti porque me provocas alergia...¿Cómo se supone que voy a besarte?—cuestionó en medio de un largo suspiro.
—Podemos ver a una psíquica—anuncié y ella rio.
—¿Una psíquica?—preguntó en voz baja.—¿Por qué una psíquica?
—Bueno, en la historia de Feles, él iba a ver a una bruja que vivía fuera de los territorios de su reino...ella le dijo que había hecho enfadar a Baset...
—Bastet—me corrigió de inmediato.
—Si, a ella—entorné los ojos.—¿Por qué no podría funcionar conmigo?—pregunté en voz baja.
—Bueno, porque básicamente esa historia puede ser o no ser ficción, porque no eres un rey y porque de dónde demonios vamos a sacar a una psíquica—replicó y yo sonreí. O por lo menos espero que ella haya entendido la sonrisa.
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¡MAMÁ, SOY UN GATO!|C.V.|Terminada.
Short StoryCuando veas un gato negro...tienes que huir en dirección contraria si es que pretendes mantener tu trasero a salvo. ¡De verdad tienes que hacerlo! Corre y sálvate. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ C O R R E G I D A.