¡MAMÁ, SOY UN GATO!|C.V.|Terminada.

《Primera parte》

Dedicado a: Andrea16102017
¡Besos, Andy! ¡Que lo disfrutes!

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Haciendo una búsqueda exhaustiva en el infinito mundo del internet me encontré con una par de artículos escritos por alguna persona supersticiosa que decía que un gato negro es de mala suerte. Que tenías que huir en dirección contraria sí es que pretendes mantener tu trasero a salvo. Lo puedo recordar perfectamente.

Me reí por lo ridículo y absurdo que me parecía en aquel entonces.

Hasta que por supuesto... las cosas se salieron de control. Un poco. Sólo un poco.

Tengo la fiel creencia que cada persona forja su destino y crea su suerte, ya sea buena o mala...cada persona es responsable de cómo le va en esta vida. La mía es buena. Buenas notas -y no, no es que sea uno de esos nerds que pasan el día con el trasero pegado a un silla en la biblioteca y la cabeza metida entre las páginas de los polvorientos libros-, unos padres que me dan lo que quiero -sin llegar a convertirme en uno de esos Juniors despilfarradores de dinero-, una novia preciosa –porque aceptémoslo, Melinda es la chica más hermosa de toda la jodida universidad-, una mejor amiga totalmente leal –y tengo que decir que realmente le doy gracias a Dios por poner Alana en mi camino, ella es ese tipo de amiga a la que le puedes decir que asesinaste a alguien y en lugar de huir, se quedaría contigo para esconder el cadáver-, en pocas palabras: un buena vida.

Hasta que por supuesto...las cosas se complicaron.

—¿Por qué no, Chris? Es una fiesta espectacular, todo el mundo va a estar ahí. Por dios es una fiesta de Valerie Stacy—anunció Melinda y yo negué aunque ella no pudiese mirarme.

—No tengo ganas de salir—respondí en voz baja.—Además, esta mañana en la universidad te dije que no iría porque mañana a primera hora tengo examen de literatura...es la calificación final y sí la llego a reprobar te prometo que mi madre ahora si me deshereda—expliqué en medio de una mueca de frustración—Y como si eso no fuese ya lo suficientemente malo, todavía tengo que terminar el estúpido ensayo de supersticiones que envió la señora Morant...—agregué de mal humor apretando con fuerza el celular contra mi oído.

—¡Vaya mierda!—me dijo en medio de un bufido de frustración—Entonces supongo que iré sola—anunció y yo asentí rendido.—De verdad que odio que a veces seas un maldito nerd, Christopher Vélez—chilló ofendida antes de dar por terminada con nuestra llamada.

Me reí y negué un poco dejando el teléfono de lado y volviendo mi atención a la pantalla de mi computadora para seguir con mi investigación. Melinda claramente no tenía ni la menor idea de la sorpresa que estaba a punto de darle.

Pasé el cursor por encima de la fotografía de Alana que gracias a dios permanecía en línea y automáticamente su rostro sonriéndome apareció delante de mi.—¡Hola, Ali!—saludé y ella rio un poco.

—Déjame adivinar ¿tienes algún tipo de problema con la investigación de la señora Morant?—cuestionó y de inmediato le dediqué una mala mirada.

—¡Me ofendes!

—¿Qué es lo que pasa, Chris?

—Bien, sí. La verdad que si tengo un pequeño problema pero que no quiero que me ayudes, es más bien para otra cosa—anuncié jugueteando con mi bolígrafo rojo.

—¿De qué estás haciendo tu investigación?—preguntó mirándome fijamente.

—¡Sobre la mala suerte!—respondí encogiéndome de hombros—Y por qué las personas se empeñan en decir que la mala suerte es cosa del destino y no por culpa de ellos—informé con media sonrisa. Alana soltó una carcajada y negó un poco.