Se mostró ante mi una escena que jamás olvidare. La pobre pata sabio estaba destrozada. Se encontraba sin pelaje, con claras muestras de magia arcana. El contorno de las cadenas que en algún momento lo mantuvo cautivo eran evidentes. Ahora que lo pienso, tenía parte del musculo cortado y obligado a crecer repetidas veces.
Supongo que me quedé atónito frente a ese panorama que el viejo oso se cubrió nuevamente con su manta su parte lastimada.
- Tu gente me hizo esto-dijo con gran calma- el rey esqueleto parecía regocijarse con mis gritos. Buscaba la forma de regenerar carne. Por suerte no logro si cometido. Ahora vete, no permitire que suceda nuevamente.
- Lamento mucho lo que usted sufrió por culpa de mi raza. Le suplico que no tome una decisión abrupta sin conocerme. Le juro que no tengo deseos en dañar a vuestra gente. Como prueba de mi valía, realizare cualquier tarea que su pueblo necesité.
-Mmm... Sepa que no le tengo confianza, pero parece no tener una gran maldad latente. Si desea ayudar le asignare una encomienda de gran importancia. Talvez así cambie la opinión que tengo hacia su persona. Vera joven aventurero, hay un grupo de trolls que instiga a nuestras tierras. Uno que se hace llamar War Lord los lidera.. Es un pobre diablo que no para de estar enojado. A la leve provocación de lanza sus hachas. Correr no es una opción.
- Tranquilo anciano, despachare a esos locos de sus tierras.