"He vuelto", sentí mi mundo caerse, sabia quien era, maldita sea lo sabia, y también sabia que no me iba a dejar tranquila hasta cumplir con su promesa,
Estaba sola y desarmada, asustada, sentía como mis piernas me fallaban, sabia que este mensaje era solo el comienzo, lo sabia maldita sea, y me aterrorizaba saber lo que vendrá después, sabia que había vuelto, sabia que no estaría tranquilo hasta cumplir su promesa, esa que pensé que había dejado en el aire, que se había ido con el viento, esa que pensé que nunca se cumpliría, esa promesa que pensé que había sido en vano, no fue hasta entonces que me di cuenta, que había vuelto junto con su promesa.
Con manos temblorosas intente borrar el mensaje y entre al coche, arranque y me fui a casa con mi corazón en la boca.
Por la noche sentí como tiraban piedras en mi ventana, tenia miedo, mucho miedo, intenté asomarme por el vidrio, pero para mi sorpresa me encontré con Amir, me hizo un gesto para que baje, y sin mas lo hice.
-hoy no te he visto en todo el día, ¿no me echaste de menos?- no se imagina cuanto desee tenerlo a mi lado, protegiéndome como siempre lo hizo, cuando estaba con el sentía como si nada pudiera hacerme daño, era extraña la sensación, pero me brindaba confianza y protección.Estuvimos un buen rato hablando, y no prestaba atención a nada, estaba entre contárselo o ahorrarme sus preocupaciones, el estaba enfermo, tenia mas de seis puntos en su brazo, y sabia que si se lo decía, le podría pasar algo, algo relativamente malo, y yo seria la culpable.
-Sabrina, ¿todo bien? Te noto rara, y no paras de mirar a todos lados, me estas asustando- Me conocía, pero tenia que hacer como si nada, por su propio bien.
-Estoy muy bien, no te preocupes, me estoy fijando en ese hermoso parque, si te soy sincera, siempre venimos aquí pero nunca me fije de lo hermoso que es.- Asentío no muy convencido, agradecí que no me dijera nada mas. Estuvimos un buen rato hablando y luego me acompaño a casa, ya que se lo pedí, aunque el parque quedaba cerca, me daba miedo.
A la mañana siguiente fui a trabajar sintiéndome desprotegida, me sentía rara últimamente, y solamente yo entendía el motivo. Mientras trabajaba, vino me compañera diciéndome que me buscaban por teléfono, al contestar, me dijo la recepcionista que cuando tenga tiempo baje. A la hora del descanso, decidí bajar para ver lo que quería y luego subir a comer mi sándwich. Al llegar a la recepcionista le dije
-Hola Loli, ¿querías algo?
-Si querida, te dejaron eso- y me enseño un sobre, mi mundo calló, palidecí al instante, sentí como mis piernas flaqueaban.
-Sabrina, ¿pasa algo? ¿No lo vas a coger?- vi preocupación en su mirada, muy a pesar, esboce una sonrisa forzada
-¿Quien me lo dejó?- pregunté aunque ya sabia la respuesta
-Un hombre, no se como se llama, no me quiso decir su nombre, solo me dijo que te entregue eso.- Asentí y con manos temblorosas cogí el sobre, me di la vuelta dispuesta a irme.
-A Sabrina y también me dijo que te diga "Lo prometido es deuda"-Ahora ya no podía estar peor, ya esta, cuando pensaba que todo era perfecto, la vida me empezó a sonreír, va y me sale eso. Asentí sin poder pronunciar palabra y volví donde estaban comiendo mis compañeras y donde había dejado mi delicioso sándwich, ya no tenia hambre, lo único que sentía era miedo, o mas bien dicho terror.
-Sabrina, que te pasa, estas muy pálida ¿te encuentras bien?, desde que bajaste a recepción, estas como ausente, te podemos ayudar en algo-Nadie podía ayudarme en eso, ni yo misma podía ayudarme.
-no tesoro, estoy bien, solo que estoy cansada y ya se me pasara, voy un momento al baño ahora vuelvo, y si quieres cómete mi sándwich, ya no tengo apetito.-Me fui al baño y saque la carta del bolsillo, me causaba horror tan solo verla, no me imaginaba abrirla. Decidí ser valiente y abrí la carta, vi un pequeño papel y lo saque para leerlo. Decía "he vuelto para terminar lo que empecé "se me pusieron los pelos de punta porque sabia a lo que se refería, si antes estaba asustada, ahora estaba horrorizada. Después de leer la carta, no pude concentrarme en todo el día, no hacia nada mas que pensar en esa frase, la había pifiado. Después de terminar mi turno, me daba miedo ir donde había aparcado mi coche, con pasos temblorosos, empecé a andar, mi piel estaba erizada y sabia el motivo, al llegar al coche encontré otro mensaje que decía "No intentes huir, te encontraré vayas donde vayas" empece a borrarlo rápido, cuando vi que alguien ponía su mano en mi hombro, me sobresalte y me gire pegando como si no hubiera un mañana.
-Tranquilízate, soy yo-al escuchar la voz de Amir, deje de pegar y me sentí aliviada por escuchar su voz, para que negarlo, lo mire y vi que me estaba mirando con preocupación. Lo que no sabia era que últimamente el miedo lo tenia en las venas, no podía vivir tranquila, no quería una vida llena de preocupaciones, ni de temores, sin poder aguantarlo, empece a llorar, porque sabia que eso era solo el comienzo, no podía contener las lagrimas, sentí como unas manos levantaban mi mentón
-¿Porque lloras tesoro? ¿Tienes algo? ¿Por favor cuéntame?-yo solo negaba con la cabeza, ya que era incapaz de hablar. Mire disimuladamente a la ventana y vi que por suerte estaba borrado, junto con su ayuda, entre al coche y él de copiloto, había venido a pie ya que no podía conducir debido a su brazo. Estuvimos abrazados por un buen rato mientras yo me inventaba una mentira creíble
-Ahora me vas a contar que te esta pasando
-Solo que volví a discutir con Lina y me puse sensible, ya sabes como soy con las personas que quiero.
-Sabrina soy policia-No entendía a que venia su respuesta
-¿Y que tiene eso que ver con todo eso?
-Se cuando alguien dice la verdad y también se cuando uno miente. En mi vida veo miles de personas negando haber cometido un delito y aun así se si es verdad o no.
-¿A que te refieres con todo eso? -A veces se me olvidaban pequeños detalles
-A que se que me estas mintiendo, también lo supe cuando te pregunte en el parque si todo iba bien y me dijiste que solo te estabas fijando en lo hermoso que era el parque, no quise insistir porque sabia que no querías hablar del tema, pero tu estado me preocupa y ahora ya no tienes escapatoria me lo vas a contar quieras o no.-No sabia que decirle, ni tampoco por donde empezar, me aclare la voz para hablar, pero no salía ningún sonido, no quería contárselo, no quería meter la policial en eso, no quería ver a mas gente sufrir por mi culpa
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Sin alas
RomanceAma hasta que te duela, si te duele es buena señal, esa era la frase que siempre me decía mi abuela pero que sin embargo nunca comprendí y siempre intento encontrarle la lógica, ven me aquí en mi rato de descanso pensando en mi aburrida vida, me l...