—Nickolas —volví a gritar. Parecía que todos habían desaparecido, excepto Yo y Miller que seguía vomitando sangre mientras decía el mismo nombre. Brandom.
Sus ojos dieron esa intermitencia que hace tiempo no veía y sus rodillas y manos no se despegaban del suelo que se llenaba de sangre rápidamente. Salí al pasillo que se encontraba desierto y grite el nombre de mi hermano una vez más. Por el pasillo apareció Ryan junto a Jay que en desesperación cerraron la puerta dejándome fuera. Quince minutos después salió Jay.
—Ya esta mejor —dijo Jay recostándose de la pared del pasillo.
—Dónde esta Nickolas? —pregunté. Jay quedo en silencio.
—Puedes cuidarlo? —pregunté. Jay asintió con la cabeza y me dirige a la parte de atrás del instituto. A lo lejos podía ver los blancos dientes de Nickolas, se estaba divirtiendo mientras su hermano moría ahogado con su propia sangre.
Me acerque a el que tenía en su regazo a una chica rubia de cabello rizado. Estaban sentados en un banco al lado de un pequeño jardín. Nickolas traía el cabello despeinado como siempre y llevaba puesta una camisa color negra como si aun le guardara luto a Catalina.
—Mía —dijo cuando me vio. — Ella es —.
—Se quien es ella y lo que hace — lo interrumpi.
—Por favor —dijo suplicando que no dijera o hiciera algo estupido.
—Como puedes estar aquí feliz cuando tu hermano estuvo al borde de la muerte? —. Nickolas se puso de pie apartando a la rubia.
—Que dices? —Preguntó.
—Que tu hermano casi muere y tu estás aquí haciendo no se que —. Nickolas salió corriendo al instituto. Mire a la rubia que tenía una sonrisa coqueta en el rostro.
—Aléjate de mi hermano —. Entre y me dirige a la biblioteca.
—Como está Miller? — pregunto Steven.
—Jay me dijo que estaba mejor, pero desde que ocurrió no lo e visto —. Steven miro mis manos y volvió a mirarme a los ojos.
—Como fue? —preguntó.
—Fue como la otra vez, no paraba de vomitar sangre pero solo mencionaba un nombre. Brandom.
—Bueno nos vemos luego —dijo levantándose de la silla en la que estaba sentado, dejándome confundida. Hasta que entendí porque se había ido.
—No quiero hablar ahora Nickolas —.
—Necesito que me escuches —dijo sentándose frente a mi.
—El te necesitaba —dije mirando el libro que había tomado.
—Lo se y lo siento de verdad —. Sus ojos estaban claros al igual que su cabello.
—No paraba de vomitar, no se cuanto tiempo estuvo así antes de que lo encontrara—dije sintiéndome mal.
—Estas buscando información de Sirus? —preguntó mirando el libro que tenía sobre la mesa.
—Es una demonia con cola, además que chica se hace llamar Sirus? —.
—Es increíble hasta donde haz llegado —dijo señalando el libro.
—Es una demonia —mencione de nuevo. Nickolas se levantó y se marcho. Me sentí peor, como si me estuviese volviendo loca. Y si estaba siendo exagerada o paranoica?.
Me quede sentada en la mesa de la biblioteca mirando hacia la ventana pensando que sería hermoso ver entrar a Nickolas junto a Catalina agarrados de la mano como solían hacer. Ver como algo que comenzó siendo unión hoy día ya no esta.
—Rubert —escuche decir. —Miller esta preguntando por ti —. Subí junto a Brus a la habitación de mi hermano Miller, se encontraba sentado en la cama mirando hacia la puerta. Seguramente esperando que yo llegara.
—Miller —dije acercándome a el. El extendió sus manos para abrazarme. Cuando recosté mi cabeza en su pecho sentí que todo estaría bien pero me estaba mintiendo, solo era que yo quería que todo estuviera bien. Nunca imagine que lo que vendría fuera peor.
—Gracias —dijo después de un momento.
—Pensé que morirías, Nickolas nunca llego. Me asuste, no sabía que hacer—. Mi corazón latía lento y sentí como si fuera a dejar de latir.
—Tiene sus razones —dijo justificándolo.
—Ya veo cuales son —.
—No lo juzgues —dijo Miller.
—No lo defiendas Miller—repliqué.
—Es mi hermano —contesto el.
—Yo también soy tu hermana y ella es una demonia —.
—Yo soy un demonio —dijo Miller.
—No, no lo eres —. Trate de convencerme de que el no era un demonio. Me traía malos recuerdos de momentos de agonia, confusión y sobre todo guerra.
—Si lo soy, lo sabes —. Lo sabía, sabía que el era un demonio.
Quedamos en silencio por un tiempo y no era incómodo. Era reconfortante. Me moví a su lado para que estuviésemos cómodos y en medio de la conexión que estaba teniendo con mi hermano pregunto algo que me dejó confundida.
—A que viniste? —preguntó. Reí.
—Le dijiste a Brus que me buscara —. Contesté.
—De verdad? —preguntó. Me senté y lo mire fijamente.
—No recuerdas? —pregunte. El parecía buscar en su mente el momento en el que le pregunto a Brus por mi.
—No —contestó. Realmente no llevábamos mucho rato en silencio.
—Esta bien, no te preocupes —dije levantándome de la cama para salir de la habitación a buscar a Brus. —Descansa volveré luego para ver cómo estás —.
—Te espero— dijo sonriendo.
Sali de la habitación y baje las escaleras. Solo pensaba en lo de hacía un rato. No se me hacía lógico que Miller olvidara algo en menos de una hora.
—Brus —grite al verlo charlar con Kenai. El se acerco a mi y sonrió. —Miller preguntó por mi? —pregunte.
Su sonrisa se borró y tragó saliva. Brus miro al suelo evitando mi mirada. Sentía que algo no me había dicho. Estaba escondiendo algo.
—Brus —dije alzando la voz. Brus dio un saltó del susto y conecto con mi mirada.
—Si, el dijo que te buscará, por eso te busque—.
—Miller me preguntó que a que había ido a su cuarto, fue muy extraño —. Brus tragó saliva nuevamente.
—Fui a verlo con Kenai— dijo nada más, como si no pasará nada.
—Y que sucedió?— pregunté.
—Nickolas nos contó. Subimos a su habitación para ver como seguía y cuando nos vio me preguntó que quien era Kenai— contestó mirando a Kenai que estaba a pasos de nosotros.
—El sabe quien es Kenai, no me suena lógico Brus—cada palabra aturdía más mi mente.
—Recuerdas cuando Nickolas perdió la memoria?—preguntó.
—Si lo recuerdo—.
—Creo que Miller esta perdiendo la memoria también —.
Hace un siglo 🤭 pero volví estoy aquí no las e olvidado. E pensado mucho en los libros. Tengo muchas ideas 💡 pero poco a poco. Recuerden que las ama su cómplice Carylis
