—Mía estás bien?—preguntó Nickolas.
—Si, estoy bien. Sofi—señale a donde estaba Sofi pero ella ya no estaba alli.
—Estará bien, el no le hará daño —dijo tranquilo.
—Hay que hacer algo rápido antes de que nos comiencen a cazar—dijo Jay.
—Princesa—escuché decir por la multitud aglomerada a mi alrededor.
—Ryan—dije mientras el se acercaba.
—Bueno todos a su habitación aquí no hay nada que ver—gritó Axel pero nadie se movió. De pronto un viento soplo saliendo de Axel que hizo que todos corrieran a sus habitaciones. Amber se reía agitando su cabeza.
—Bien echo hermanito— dijo dándole dos palmaditas en el hombro izquierdo.
—Que toca ahora?—pregunto Brus.
—Con Miller sin memoria se nos hará difícil tomar a los Sivit—dijo Nickolas.
—Podemos intentarlo una vez más —dije levantándome al fin del suelo.
—Intentar que?—preguntó Jay.
—Que su memoria regrese—dije.
—El hechizo, y si lo rompemos?—sugirió Axel.
—Necesitamos otro plan por si ese no funciona—dijo Brus.
—Va a funcionar—dijo Axel seguro.
—Cuando a funcionado los planes que hacemos?—preguntó Brus.
—Bueno con el bosque nos funcionó —dijo Steven.
—No, claro que no—aseguró Brus.
—Si—dijo Axel.
—El primer plan no. No recuerdas los frascos y luego la flecha?—pregunto Brus.
—Tiene razón, incluso esto es más fuerte que nosotros—dije mirando al rededor.
—Mía no pienses así —dijo Nickolas acercándose a mi.
—Es nuestro hermano Nickolas y si no vuelve, y si ya lo perdimos?—pregunté. Era una pregunta para mi. Desde que todo esto comenzó e estado llena de miedos, tratando de ser fuerte o haciéndome la valiente porque ellos me necesitan. Porque soy de la que todos hablan y esperaban. Y no esperan menos de mi.
Ya estaba camino a mi cuarto cuando una mano se entrelazó con la mía. Me asusté.
—Tranquila soy yo— dijo una voz. Amber recostó su cabeza en mi hombro mientras llegabamos a mi habitación. —Puedo quedarme contigo?—preguntó.
—Claro que si, no tienes que preguntarlo—contesté. Entramos a la habitación y nos sentamos en la cama. Amber respiro y volvió a recostar su cabeza en mi hombro.
—Sabes, extraño sus torpezas—ella comenzó a reír. —Recuerdas la vez que se cayó con la bandeja de almuerzo en el comedor?—supe que estaba hablando de Catalina y me entró una nostalgia terrible.
No fueron muchos años de amistad pero el tiempo que fuera para mi era suficiente como para sentirla en mi vida hacen 100 años. Nuestras vidas habían cambiado y el resto de nuestra existencia sería pesadez al hablar de ella. Recordaríamos a Cata como la chica mas torpe en la historia pero también como la más dulce de todas.
—La extrañas?—preguntó.
—Recuerdo cuando la conocí, si hubiera sabido todo lo que pasaría me hubiera quedado con su mochila—dije recostando mi cabeza sobre la de ella. Sentí que una gota cayó en mi brazo derecho. Amber estaba llorando y seguramente no la había llorado hasta entonces.