4) El Duelo a Medianoche

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Realmente no había ningún chico más detestable que Draco Malfoy en Hogwarts.

Sin embargo los de primer año de Gryffindor sólo compartíamos con los de Slytherin la clase de Pociones así que no teníamos que encontrarnos mucho con él.

O al menos así era hasta que apareció una noticia en la Sala Común que levantó muchas protestas.

Las lecciones de vuelo comenzarían el jueves y habían dispuesto los horarios para Gryffindor y Slytherin aprendiéramos juntos.

-Perfecto, justo lo que siempre he deseado. Hacer el ridículo sobre una escoba de­lante de Malfoy.- sollozó Harry en tono sombrío.

-No serás el único que hará el ridículo. Tengo acrofobia así que poco voy a hacer...- le confesé a Harry.

En casa el árbitro siempre había sido yo porque no quería volar debido a mi acrofobia.

Aunque no había probado nunca volar con escoba tampoco tenía ganas de hacerlo.

-No sabes aún si vas a hacer el ridículo. Sé que Malfoy siempre habla de lo bueno que es en Quidditch pero seguro que es pura palabrería.- comentó razonablemente Ron animando a Harry.

La verdad es que Malfoy hablaba mucho sobre volar.

Se quejaba en voz alta porque los de primer año nunca eran escogidos por los equipos de Quidditch de Hogwarts y contaba largas y jactanciosas historias que siempre acababan con él escapando de helicópteros pilotados por muggles.

Pero no era el único, por la for­ma de hablar de Seamus Finnigan parecía que había pasado toda la infancia volando por el campo con su escoba.

Neville no había tenido una escoba en toda su vida porque su abuela no se lo permitía.

Hermione estaba casi tan nerviosa como Neville con el tema del vuelo, eso era algo que no se podía aprender de memoria en los libros aunque lo había intentado.

En el desayuno del jueves nos aburrió a todos con estúpidas notas sobre el vuelo que había encontrado en un libro de la bibliote­ca llamado Quidditch a Través de los Tiempos.

Neville estaba pendiente de cada palabra, desesperado por encontrar algo que lo ayudara más tarde con su escoba, pero todos los demás nos alegramos mucho cuando la lectura de Hermione fue interrumpida por la llegada del correo.

Un lechuzón entregó a Neville un paquetito de parte de su abuela.

Lo abrió emocionado y nos enseñó una bola de cristal del tamaño de una gran canica que parecía llena de humo blanco.

-¡Es una Recordadora! Mi abuela sabe que olvido cosas y esto te dice si hay algo que te has olvidado de hacer. Mirad, uno la sujeta así, con fuerza, y si se vuelve roja es que has olvidado algo...- en el momento en el que Neville nos estaba explicando el funcionamiento del aparato la recordadora se puso roja.

Neville estaba tratando de recordar qué era lo que había olvidado cuando Draco Malfoy pasó al lado de la mesa de Gryffindor y le quitó la Recordadora de las manos.

Harry y Ron saltaron de sus asientos.

En realidad querían una excusa para pelearse con Malfoy pero la profe­sora McGonagall, que detectaba problemas más rápido que ningún otro profesor del colegio, ya estaba allí.

-¿Qué sucede?- cuestionó ella con tono severo.

-Malfoy me ha quitado mi Recordadora, profesora.- acusó Neville a Malfoy, quien dejó la recordadora rápidamente sobre la mesa.

-Sólo la miraba.- se excusó el rubio de Slytherin y se alejó seguido por Crabbe y Goyle.

Cuándo pasó por mi lado pude oler claramente a manzanas verdes.

La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //1//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora