Capítulo 17: Despedidas y depresión

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-Gracias por traernos Alex- dijo la madre de Katie antes de entrar a los controles de seguridad.

-Encantado- contesté melancólico.

-Viviremos en casa de mi tío en Londres durante un tiempo. Nos cambiaran la identidad y trataran de investigar lo de mi padre... Pero estaremos incomunicadas, Alex- explicó cuando su madre nos dejó un tiempo para hablar y despedirnos a solas.

-¿No podré comunicarme contigo?- ella negó y derramó una lágrima- Quiero que sepas que siempre estarás en mi corazón. De una manera o de otra- besé su mejilla, no quería hacer esto más doloroso.

Entraron al control de seguridad y yo me quedé observando como las dos pelirrojas desaparecían de mi vista.

La menor de ellas se daba la vuelta constantemente para mirarme con la cara más triste que había visto en mucho tiempo.

De camino al instituto me paró la policía para hacerme un control de alcoholemia y revisar que mi carné estuviera bien. Se ve que mucha gente sale de fiesta entre semana, con el carné de conducir caducado muy a menudo. Justo el día que estaba de mejor humor. Genial.

Llegué media hora antes de que las clases empezaran, y no hice otra cosa que ir a la biblioteca, seré masoquista... ese sitio me recuerda demasiado a Katie. Se ha ido tan rápido que ni me he dado cuenta.

Me senté en la mesa de siempre y esperé a que pasara el tiempo y con él, ese sentimiento melancólico que tenía, pero lo único que pasó al parecer, fue el tiempo, porque cuando me di cuenta el reloj marcaba que faltaban cinco minutos para el comienzo de la primera clase.

Me levanté y metí las manos en mis bolsillos, empezando así a caminar hacia el aula correspondiente. Sin nada, solo mi presencia física porque la mental estaba al otro lado del Atlántico y bueno, mi material en la taquilla. Pero eso último no importa porque estoy deprimido y aquí a nadie le importa mi libro de química ni el boli azul que siempre uso.

A la hora de comer fui capaz de evitar a todo ser humano -y a todos los que se acercan a ser uno, pero que no llegaban a serlo del todo- y comer tranquilo, hasta que obviamente llegaron cierta castaña y cierta rubia con cierto rubio, a preguntar.

-¿Es cierto que has salido de literatura a mitad de clase?- preguntó Allyson.

-¿Y eso de que has hecho un ritual satánico en la biblioteca?- puse los ojos en blanco y seguí comiendo.

-¿Has dejado a Katie embarazada?- abrí mucho los ojos y empecé a toser para evitar una muerte prematura por ahogamiento.

-Era eso...- susurró la rubia

-No es cierto Alexander ¿Verdad?- preguntó la castaña asustada.

-¡Eso es imposible!- dije una vez que recupere el aire- Ni siquiera la toqué de "esa" manera- dije avergonzado de la situación en la que me encontraba.

-Si, claro- murmuró JJ

-¿Entonces que ha pasado?- preguntaron los tres a destiempo.

-Ella solo se ha ido ¿Vale?- susurré mirando mi plato. Parecieron saber a quién me refería porque...

-¿¡Qué ella qué!?- gritó la rubia.

-Muy bien Allyson, grítalo más fuerte a ver si se entera el presidente también- ella me miró mal, no le gusta que sea sarcástico cuando quiere saber algo importante-Solo se ha mudado, por el asunto de su padre- susurré.

Esa misma tarde fuimos a tomar helado de chocolate y al llegar a casa actualicé Wattpad. Si, la depresión tomó el control y la protagonista -algo parecida Katie- se muere. Así que todos mis lectores están enfadados conmigo.

Hasta mis hermanos notaron que estaba triste y me hicieron un dibujo. Para empezar, ya salía poco favorecido. Mi cabeza era gigante a comparación de mi cuerpo, el cual era un palo. Mi pelo era verde y mis ojos rojos, que parecían haber sido bañados con el ácido más fuerte del mercado, tenía más palos como extremidades y aún así les di las gracias.

No sé porque había sido tan agradable si era la cosa más horrible jamás vista. Seguro que si lo hubiera visto alguien se le hubieran puesto los ojos igual que a mí en el dibujo.

Una semana después ya estaba algo mejor y empezaba a distraerme de todo lo que me recordaba a ella. Además, nos daban las vacaciones en dos días y eso me hacía sentir mejor.

Curiosamente mi rendimiento en los exámenes finales no fue tan malo como esperaba, de hecho, me lucí bastante a pesar de mi mala concentración durante estos.

Las vacaciones estuvieron llenas de drama, Marta y JJ rompieron, pero al día siguiente después de haber pasado la tarde anterior con Marta y haber dormido con JJ, consiguieron resolver todo. Gracias a Ally y a mí.

Durante las vacaciones para distraerme un poco estuve investigando todo el asunto de Allyson en la fiesta, aunque ya hubiera pasado un tiempo, ella merecía justicia.

Acabé con dos sospechosos: Hayley y Ryan. Pregunté a ambos en diferentes ocasiones y ambos culpaban a Matt, el cual ni siquiera estaba en el pueblo. A parte de demostrar cierto nerviosismo al verme entrar en su casa con actitud insistente.

También nos invitaron a cenar a Marta y a mí.

Fue realmente extraña esa cena.

Me enteré de que su padre trabajaba con Garrick Holmes, lo cual me sorprendió demasiado, aunque supe disimular. Y que estaban diseñando un proyecto en el que estaban implicados Ryan y Hayley, los cuales heredarían la empresa del gran amigo de su padre, porque y cito textualmente: "La hija de Garrick no es lo suficientemente buena, a parte, de que huyó del pueblo con su novio el exconvicto que la había dejado embarazada. Y además su mujer se ha ido a trabajar a Phoenix durante un tiempo para ocultar la decepción por lo ocurrido con su hija". Yo cerré los puños ante aquella acusación tan poco basada en la realidad y cubierta con mentiras. Pero Marta me miró pidiéndome que me tranquilizara.

Cuando nos dimos cuenta ya nos encontrábamos de nuevo en el instituto.

Odiaba tener que volver a la rutina, pero en tres meses estaríamos todos graduados y de camino a alguna universidad.

Yo por ejemplo había aplicado para Yale, realmente me veía capaz de conseguir entrar. Tenía notas muy altas, un historial limpio y muchas ganas de entrar. Aunque por si no me cogían apliqué a la universidad donde está mi hermana y otras dos más en California.

Me enteré de que Marta iría a una escuela de arte en Washington y que Jack iría a una universidad cerca de ella gracias a una beca deportiva. Allyson aplicó para Stanford y todavía está esperando a los resultados, al igual que yo.

Just AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora