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HoSeok condujo a JiMin hasta casa de NamJoon, que esperaba nervioso.

La casa de NamJoon era bastante grande, por fuera era de color blanco, haciéndola parecer una mansión. Además, tenía un jardín muy bonito y un camino que daba a la puerta principal. Estaba bastante alejada, a la otra punta del departamento de HoSeok.

Al castaño no le gustaba esa casa, porque en ella sólo vivía NamJoon la mayor parte del tiempo y su padre millonario por una empresa de cosméticos famosa. NamJoon y él se conocieron después de verse en el instituto, en una conferencia de trabajo de sus padres, y consolidaron su pequeña relación, al igual que sus padres de vez en cuando también se reunían y por eso Seong Min aceptaba sus escasas amistades. HoSeok prefería las casas pequeñas si sólo había una persona, porque vivió su infancia en una mansión más grande que aquella y todos sus recuerdos allí eran malos.

Llamó a la puerta con JiMin agarrado de su mano, fascinado por la casa, y NamJoon abrió.

NamJoon iba vestido con unos pantalones de chándal cómodos y una camiseta blanca lisa, con un paquete de galletas en la mano.

— Hola. — Sonrió.

— Cuídalo o te parto la madre, cabrón. — NamJoon rió asintiendo.

HoSeok dejó que JiMin entrara y este se quitó sus zapatos en la entrada, viendo como NamJoon le agradecía, sabía que por él andaría con ellas por toda la casa, pero su padre prefería que no.

— Adiós, JiMinie. — El chico se acercó y HoSeok viendo lo que quería, se agachó y juntó sus labios, el menor correspondiendo al acto.

Se separó y miró a NamJoon, que contemplaba la escena con la mandíbula por el suelo. Rió y le hizo a JiMin un corazoncito con la mano a modo de juego, haciéndole reír y saludar con su mano despidiéndose.

— Luego lo recojo, negro. — Le gritó.

— Ten cuidado. — Gritó de vuelta, aún confundido, viendo que HoSeok alzaba sus dos dedos desde su sien a modo de saludo justo antes de entrar al coche.

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JiMin estaba sentado en la cama de NamJoon, y este en frente de él, en su silla de escritorio, con el codo apoyado en el brazo del asiento, acariciando su barbilla. El menor se quitó su gorrito para pasar sus pequeños dedos por su cabello.

— ¿Qué ha sido eso? — Le preguntó al chico de forma cálida.

— ¿El qué? — JiMin estaba nervioso e incómodo.

— El beso.

— HoSeok me besó esta mañana varias veces. — Su voz salía aguda y tierna por su nerviosismo.

— ¿En serio? — Lo vio asentir.

— Eso lo hacen las personas que se aman, ¿cierto?

— Sí, claro que lo hacen, JiMin. — El chico se removió en su lugar.

— ¿Crees que HoSeok me ama?

— Eso parece. — Le sonrió y el menor sonrió de vuelta, alegre. — Dime, ¿quieres comer o beber algo?

— Agua, si no le importa. — NamJoon se levantó.

— Quédate aquí, iré a por ello. — Trotó escaleras abajo hasta su grande cocina y agarró un vaso de agua que llenó del grifo, para volver con cuidado y dárselo a JiMin, que bebía tragos pequeños a cada rato.

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— ¡Sabes que no quiero tener novia! Si me vas a obligar, que sea bajo mis medios. — Enfatizó la palabra "mis".

Beautiful - HopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora