La boca del diablo.-

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Pasó por enfrente de mi sonriéndome y viéndome con esa penetrante mirada.

Parecía que escarbaba mis más grandes miedos, era macabro estar cerca de él pero como vivimos juntos en la misera casa de acogidos.

Como en la universidad no hay dormitorios para los de intercambio se mandan a una casa de "acogidos", una gran casa que parece mansión donde están 20% de los alumnos de intercambio.

Justin desde que llegué a causado un miedo sin motivo en mí, simplemente al ver sus ojos la primera vez y la misma maldita sonrisa burlona me puso los pelos en punta.

Desde que estoy no ha parado de verme, nunca me ha dirigido la palabra, ni yo he querido dirigírsela, trato de mantener la distancia pero está en todos lados.

Camino a mi habitación para acostarme a dormir, apenas he llegado de la universidad, tuve un día muy pesado y en la clase de artes he hecho una escultura de arcilla que me costó mucha fuerza utilizar ese material por el hecho de que mientras más trataba de perfeccionar a mi obra El hombre del grito se iba secando muy rápido, utilicé mucha energía.

Ahora sólo quiero dormir así que: Con permiso que vengo yo pasando.

Entro a mi cuarto, cierro tras de mí para acostarme, me tiro sobre la cama, al caer siento que algo estaba bajo mí, me levanto rápido para ver.

Una copa de metal antigua con las iniciales de mi nombre. E. M. A.

Mi nombre es Emma Morgar Áragon.

Dentro de la copa hay una botella miniatura de vino tinto, un chocolate llamado Bon o Bom.

Es mi chocolate favorito, no sé quién lo dejó, no tiene carta ni nada pero es para mí ya que tiene mis iniciales y no duerme nadie más aquí en este cuarto.

—¿Qué mierda?.— musito al ver una gota rojiza y espesa en el fondo. Es sangre...

Sin marearme más por pensar de quién proviene el presente me acuesto a dormir en la helada cama.

[...]

Siento mi cuerpo pesado, es como si estuviera mi cuerpo dormido pero mi mente despierta.

Mis labios son movidos con dureza lentamente, siento dolor en ellos y un peso que me aprisiona a casi asfixiar.

Mis ojos se abren con lentitud, quiero gritar con fuerza pero no puedo articular palabras, ni siquiera puedo moverme bien, solamente puedo verlo con mis ojos entrecerrados: Justin Bieber, el chico al quien más temo está postrado sobre mí besándome a la fuerza y tocándome bajo la blusa.

—N-no.— alcanzo a musitar débilmente, se separa de mí para verme a la cara, esa sonrisa sale a la luz haciéndome temblar.—¿Q-qué m-me pas-pasa?.— pregunto débilmente, no puedo moverme, es como la parálisis del sueño.

—¿Tú qué crees, pequeña? ¿Piensas que estás drogada?.— pregunta divertido, niega lentamente al ver mi intento de asentimiento.—En mi mundo me conocen por poder hacer miles de cosas malas, y créeme que puedo hacerte sentir paralizada sin drogas.— musita acercando su rostro sin expresión al mío, muevo un poco mi rostro pero él con tan sólo mirarme a los ojos me hace voltear de inmediato, como si controlara mi ser.

Su boca se apodera de la mía que está sin moverse, luego de segundos sin ver que trato de hacer algo más que llorar y temer por lo que me vaya a hacer vuelve a juntar por un segundo nuestras miradas, mis labios de inmediato comienzan a moverse a su ritmo mento y apasionado.

Creo haber tocado la boca del diablo.

Siento una impotencia al estar así bajo él, el chico que temo sin razón, el que tiene una sonrisa macabra y el que ahora está sobre mí manoseándome.

Con toda mi fuerza de voluntad logro empujarlo con fuerza lanzándolo a un lado mío, lo tomó desprevenido ese movimiento.

Me levanto corriendo hasta la puerta, la trato de abrir pero se me es imposible, tiene seguro y está atascada o algo.

—¿Cómo lo hiciste?.—su voz ronca y dura me pregunta, no lo veo, con rapidez corro a la puerta del baño que está abierta pero se cierra frente mis ojos, pego un brinco espantada.—¡¿CÓMO LO HICISTE?!.— grita endemoniado.

—No lo sé.— susurro confundida, voy a la ventana, afuera está oscuro y tormentoso.

Trato de abrirla pero no puedo, volteo hacia él, sus ojos mieles se vuelven un rojo, se ven las llamas en sus pupilas y eso me hace temblar.

—Ven.—susurra sonriendo, mi cuerpo quiere ir pero niego. No me muevo, una mueca enojada aparece en su cara.

Corro a la puerta y le doy una patada a la chapa, la muevo fuertemente, jalo y se abre ante mí, salgo corriendo sintiendo como él comienza a seguirme.

—¡Ayuda!.—grito llorando, no alcanzo a volver a gritar cuando su gran mano ardiendo se posa en mi boca. Una pizca de rabia por su insistencia en retenerme nace en mí, como si de una película tratara centro mi energía en querer quitar su mano y golpearlo en la cara.

Eso pasa... Su mano es sacada sin necesidad de que lo toque, su cara se voltea con fuerza haciéndolo caer.
 

Lo veo, me doy cuenta que me ve asombrado.

—¿Qué mierda eres tú?.—pregunta impactado. Niego.

—¿Qué está pasando?.—le pregunto temblorosa. Antes de decir algo caigo desmayada sintiendo mi sangre subir a mi cabeza.

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Bueno, tengo ideas de cosas paranormales y de otro mundo, algo diferente, ficción.

Pero siento que no soy muy buena, espero y gusten de esto, byex

All love Eva,xx

Pequeñas Historias › Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora