12. Choque

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  ─Tía Liv, ¿verdad que el color del mar es azul?─Caden me mira evidentemente irritado.

  ─No, tonto, el mar es transparente, el agua se ve azul o verde por la luz del sol─Mel rueda los ojos como si lo que acabara de comentar fuera lo más obvio del mundo.

Me gustaría decir que cuidar a dos niños pequeños es una tarea sencilla, pero sería una mentira, sobretodo porque la pelirroja no para de molestar al pequeño castaño.

Hoy en la mañana visité a Ciara y mientras desayunábamos me explicó que tenía que atender un paciente de emergencia por lo que tendría que buscar a alguien que recogiera a Caden de la escuela, me ofrecí a hacerlo porque creí que sería divertido, aunque no conté con que Mel también se apuntara a venir a mi casa─o con que Blue le diera permiso─.

  ─Deberías dejar de pasar tanto tiempo con esa niña─murmura Alex que se encuentra junto a Charlotte ayudándola a sostener una tela mientras ella la acomoda con alfileres sobre un maniquí rosa pastel frente a ella─, estás comenzando a pegarle tus mañas.

  ─¿Qué se supone que significa eso, Winship?─mis ojos se entrecierran en su dirección─, no me hagas arrepentirme de dejarte entrar.

Charlotte se ríe por lo bajo y eso me hace sonreír.

A pesar de que la presencia de esos dos me hace sentir un poco mejor, no puedo pasar por alto el hecho de que saben lo que sucedió con Eider y por eso han venido con tanta urgencia a pasar el día conmigo.

¿Cómo se enteraron?, bueno, tengo una teoría bastante interesante sobre ello. Creo que Blue se lo dijo a Kendall y ella se lo contó a Tanner para que a su vez se lo comentara a Markel─quien sospechosamente llamó a mi celular muy temprano en la mañana diciendo que me tomara el resto de la semana libre─, y al final él se lo dijera a Alex.

O quizá Kenz simplemente se lo comentó a Charlotte porque últimamente se han hecho muy buenas amigas, como sea que haya ocurrido, me alegra saber que se preocupan por mí, incluso aunque su idea de hacerme sentir mejor sea invadir la sala de mi casa con un millón de telas y accesorios.

  ─Recuérdame de nuevo por qué dejé que convirtieran mi casa en una boutique─puedo ver a Alex rodar los ojos.

  ─Bea me pidió que hiciera unos cuantos diseños para la gala benéfica de la siguiente semana.

Las palabras de la rubia caen sobre mí como un balde de agua fría y quiero darme una palmada en la frente por no recordarlo─en mi defensa puedo decir que era Bella la que se encargaba de presionarme con todo este tipo de cosas─.

  ─¿Lo olvidaste?─Winship está gozando esto, lo sé por la sonrisa burlona que tira de sus labios─, recuerdas que necesitas una pareja, ¿cierto?─sí, lo tengo muy presente, pero ahora que Eider no quiere ni mirarme no tengo a nadie más a quién recurrir, quizá pueda pedirle a Blue que me acompañe─, por lo menos tienes un vestido, ¿no?

Hago una mueca.

  ─Ya buscaré uno después.

  ─En realidad, yo tengo algunos que podrían quedarte, Liv─Charlotte se da la vuelta y sus mejillas se tiñen de rosa mientras tuerce sus manos con nerviosismo─, podría enviarte unas fotos... solo si quieres.

  ─Me encantaría, estás salvándome la vida, Lotte─ella me sonríe genuinamente y regresa a su trabajo.

Mis ojos se dirigen a los niños de nuevo, ambos están concentrados mientras colorean sus dibujos, Mel mira de reojo a Caden y se muerde el labio.

Mi cabeza se ladea intentando comprender lo que eso significa, mis pensamientos no llegan muy lejos, Kathe, una de las chicas que nos ayudan con la casa, entra en la sala con una botella de licor en la mano.

CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora