4-Te quiero

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Mientras estaba sola esperando, alguien venía desde un lado del prado. Un hombre alto, rubio y con una mirada sin piedad. Era el mismo hombre de aquel día y traía una pistola en la mano. "¿Tú eres la chica que me vio tirando su cuerpo verdad? – estaba paralizada y las palabras no salían de mi boca-. Quería darte las gracias por no haberme delatado en estos dos años pero desgraciadamente la policía me pisa los talones. Hace cinco minutos estaba corriendo para que no me pillasen y logré despistarlos, aunque sé que pronto llegarán aquí y me detendrán, no tengo fuerzas para seguir corriendo. – Jugaba con la pistola pasándosela de una mano a otra y hablando con superioridad-. Así que he decidido pegarme un tiro en la cabeza, no les daré el gusto de capturarme con vida. Pero tú... Tú vendrás conmigo. – Lo dijo mientras una sonrisa burlona apareció en su cara y todo mi cuerpo se estremeció del miedo-. Te he estado vigilando por mucho tiempo y por lo que he oído no sientes dolor y quiero descubrirlo por mí mismo. Me preguntó que haría una de estas balas contigo. ¿Te tirarías al suelo de dolor o seguirías de pie con esa cara de tonta? Solo me quedan dos balas así que será mejor que apunte bien o sólo uno de los dos se podrá ir".

Me apunto con la pistola y yo solo pude temblar ante esto. Está sensación era horrible, no me gustaba sentirla, fue lo mismo que sentí aquel día en que hui de él. Tenía miedo, pero nuevamente no tenía miedo de morir, tenía miedo por la tristeza que podía sentir mi familia al perderme, tenía miedo de no poder volverle a ver a él, no quería dejarle. Aquel sentimiento me desgarraba el alma y provocaba que temblase y las lágrimas cayesen de mis ojos. Se escucharon las sirenas de policía y sabía que ese hombre no dudaría en apretar el gatillo pronto y hacerle sufrir a mis seres queridos, porque ya la había hecho antes con aquella chica. Cierro los ojos, impotente ante lo que pasaría. Cargó el arma y disparó sin pensarlo.

Tuve un recuerdo de papá acariciándome la cabeza, al que rápidamente le siguió otro, el de ese chico de pelo castaño y ojos marrón verdosos haciendo la misma acción que papá, para luego abrazarme. El recuerdo que estaba teniendo se vio interrumpido por alguien que me tiró al suelo antes de que la bala impactase contra mí. Abrí los ojos y vi a aquel hombre siendo inmovilizado por varios policías. Giré mi cabeza y vi su pelo castaño, su camiseta manchada de sangre por el impacto de la bala, lo vi lentamente caer al suelo.

En ese momento sentí que me rompía, ya no importaba la nieve cayendo, ya no importaba el ruido del lápiz sobre el papel al dibujar, ya no importaba la calidez que sentía al tocar la nieve, ya no importaba la calidez que sentí al tocar aquellas manos ni el nerviosismo de sostenerlas. Ya no importaba nada porque no sentía nada por dentro. No pude contenerme y solté un grito que desgarró mi garganta, un ardor amargo cruzó mi cuerpo entero. Era tristeza, rabia, soledad no tuve ninguna duda al reconocer estos sentimientos. Lloraba, lloraba sin parar, sosteniéndole entre mis temblorosas manos que se manchaban de su sangre. Solo podía escuchar mucho ruido, no oía con claridad.

En un último intento por intentar que respirase de nuevo pensé en las cosas que le gustaban, al igual que hice aquel día en el hospital con papá. Le gustaba el ruido del lápiz sobre el papel, el del bolígrafo al escribir, el de las tijeras al cortar, la comida poco hecha y poco caliente, las tardes de los domingos viendo series. Le gustaba la nieve, no, eso no, le gustaba verme sonreír gracias a la nieve, le gustaba sostener mis manos o ver como intentaba descifrar los sentimientos de los actores de las series que vimos juntos algún domingo por la tarde, le gustaba abrazarme aunque pocas veces le devolviese el abrazo y hace cinco minutos dijo que le gustaría besarme. Poco lo pensé y junte mis labios con los suyos. Sorprendida noté que los suyos formaron una sonrisa y eso me tranquilizó. Una sonrisa apareció cuando me separé. "Por lo menos descubrí si besarte me gustaría, y créeme, me encanta" dijo sin aliento. Reímos al unísono en un susurro, mirándonos a los ojos. Él estaba perdiendo mucha sangre y no podía hacer nada para pararla, así que mis lágrimas volvieron. "¿Te dije que me gustabas?" dijo él, asentí. "Pues te mentí. Te quiero". "Yo también te quiero Félix". Sonreímos y nos volvimos a besar con lágrimas en los ojos de ambos, pero esta vez sus labios no se movieron, su pecho no se movió, sus ojos dejaron de brillar. Él dejó de respirar y yo dejé de sentir por completo de nuevo, gritando su nombre.


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Espero que os haya gustado ^^

Siento mucho que tenga este final :(

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2018 ⏰

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