«No me conoces»
Esas palabras resonaban una y otra vez en mi mente.
No mentía. No conocía nada de él, cierto. Pero quería hacerlo, la cosa era ¿Podía hacerlo?
No se veía como una persona que confiara mucho en otras, digo, emanaba un aire tan misterioso que te daban ganas de saber más sobre él. Sin embargo, él estaba en modo bloqueo total.
No me mires.
No me toques.
Ni te me acerques.
Algo así.
Estaba sentada en el borde de mi ventana, la música sonaba desde los altavoces que estaban conectados al iPod, y en lo único que pensaba era en Bloody, o Hades, como se llamara, en lo que me había dicho, y en su extraña forma de ser.
¿Por qué se había mudado?
¿Por qué era así de frío e indiferente?
¿De dónde había salido ese apodo tan lejano a su nombre? Porque definitivamente Emma no lo llamaba así.
Era tan extraño, pero a la vez fascinante.
Suspiré y miré la hora en mi teléfono.
6 p.m.
Estaba muy aburrida, y sola.
Mamá había ido al hospital hacía una hora. Tenía que hacer guardia nocturna y volvería al día siguiente. Clavé mi mirada en la ventana de Bloody, y segundos después, como si lo fuese invocado, apareció él con el cabello despeinado, y su típica mirada sin vida.
Sacudí mi mano en su dirección, él sólo me miró, no saludó.
Este chico tan indiferente.
Suspiré y di un pequeño salto para bajar de la ventana. Me paré en medio de la habitación pensando en qué hacer, demasiado ociosa. Y un bombillo en mi cabeza se encendió.
El piano.
Corrí hasta la habitación que estaba al lado de la mía, y la abrí, deseosa por volver a apreciar aquel hermoso piano blanco con detalles dorados. Temblé en mi sitio. Cuando mamá no estaba, ni lo miraba. Había sido un regalo de papá, y no hablábamos de él, no era realmente una habitación frecuentada por ninguna de las dos.
Corrí las cortinas del enorme ventanal que se encontraba frente al piano, y quité la sábana que cubría al instrumento. Me senté en el pequeño banquillo, y pasé con delicadeza mis dedos sobre las teclas.
Hacía tiempo que no lo tocaba. Era bastante complicado, quiero decir. A veces cuando entraba a esa habitación, sentía escalofríos enormes, entonces salía asustada, pero era más que todo en la noche.
Toqué una tecla, luego otra, y luego un acorde. Solté una risilla emocionada y mi corazón se apretujó, comencé a tocar la melodía que mamá me había enseñado la primera vez que puse mis manos sobre el piano.
La sabía a la perfección, y amaba tocarla, me concentré en la melodía y cerré mis ojos Cuando la terminé, mi mirada cayó en el gran ventanal, y en la persona que me miraba al otro lado de la calle.
Bloody tenía sus manos metidas en su chaqueta negra, y me observaba con su típica mirada vacía, quise sonreír, pero creo que salió más una mueca debido a que la manera en la que me miraba me ponía realmente nerviosa.
«No me conoces»
...
8 p.m.
Bajé a la cocina para prepararme algo de cenar, había un silencio quisquilloso, de esos que martillaban tus oídos, sentía que esa noche estaba algo rara, no sabía exactamente qué era, pero tenía una extraña sensación, todos mis sentidos estaban alerta.
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BLOODY © [S.S #01.]
Romance¿Cómo el entorno de una chica quien llevaba una vida aparentemente normal da un giro radical al tropezarse con su nuevo vecino?. Un chico misterioso y frío, rodeado de secretos y un pasado muy oscuro. Una chica dulce, llena de inocencia... Él est...