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Jungkook

-¿Me vas a decir ya por qué esos desgraciados te pegaban?

Taehyung llevaba media hora insistiendo con lo mismo. Me froté la frente, dolorido, y suspiré.

-Me insultaron. Me dijeron marica de mierda, pero eso realmente me da igual. Lo que sí me afectó fue que se metieran con otra persona.

El castaño abrió mucho los ojos.

-¿Con quién?

Aparté la mirada, centrándola en unos tubos con algún suero y pomadas para las heridas que estaban colocados perfectamente en una mesilla a mi lado.

-Contigo.

Abrió la boca asintiendo, dándome a entender que lo había entendido. Se quedó mirando fijamente la puerta, dando la impresión de querer salir corriendo por ella. Pero en vez de eso, me miró con esa sonrisa cuadrada tan especial.

-Me defendiste... Eso es lo que hacen los amigos - se me echó encima- ¿Somos amigos? ¿Te gustaría ser mi mejor amigo Jungkook?

A pesar del raro comportamiento de este chico y de lo infantil que es a veces, le había cogido mucho cariño, así que asentí y le aparté con rapidez mientras me mordía los labios. El cuerpo entero me dolía por culpa de los golpes.

Mi nuevo amigo y yo nos quedamos en un cómodo silencio, disfrutando de la presencia del otro. Hasta que yo interrumpí dicha comodidad.

-Taehyung...

-Dime Tae, por favor.

-Bien, Tae... ¿Cómo conociste a Jimin?

Era una pregunta que me rondaba por la cabeza hace un tiempo. Tae me miró y sonrió débilmente, para luego acomodarse a mi lado en la camilla. Se acercó y pasó su brazo alrededor de mis hombros, abrazándome. Raramente la cercanía no me molestó.

Empezó a contar la historia en voz baja, pero lo suficientemente alto para que yo lo escuchara.

-Yo nunca sentía nada parecido al amor por las chicas, ¿sabes? De pequeño pensaba que estaba loco o mal porque veía a todos los niños saliendo y besándose con chicas. Pero yo no sentía esa necesidad. Pasé toda mi infancia confuso y enfadado conmigo mismo. Hasta que una tarde decidí salir de fiesta. Me arreglé mucho y me puse súper guapo. Fui a un bar que tenía una pinta bastante colorida , con muchos colores y luces. Cuando entré en este, sólo habían hombres por todas partes que reían y bebían mientras bailaban. Más tarde comprendí que entré a un bar gay sin saberlo.

Hizo una pausa para empezar a masajear mi hombro izquierdo, nervioso. Le miré y asentí sonriendo para darle a entender que podía continuar. Tragó saliva y volvió a fijar la vista en la cortina que nos aislaba del mundo.

-Pero el sitio de verdad parecía muy acogedor, como si yo perteneciera a ese lugar. Así que bebí un poco y bailé. Me lo pasé genial a pesar de estar solo- rió- más tarde me acerqué a la barra a pedir más alcohol cuando lo vi. En ese momento, cuando mis ojos conectaron con los suyos, no pude mover ni un músculo. Literalmente me había congelado. Él iba a decir algo cuando llegaron dos chicos más y lo arrastraron a la pista de baile.

-¿Quienes eran?- pregunté curioso. La historia de amor de esos dos me estaba interesando más de lo que debería.

Él rió, recordando.

-Yoongi y Hobi hyung. No los conocía, pero todos parecían muy amigos. Yoongi se dió cuenta de que ambos nos mirábamos fijamente, así que empujó a Jimin para hacerle tropezar conmigo y se fue con Hoseok.
Jimin se disculpó pero antes de que pudiera irse lo cogí de la mano y lo metí en una habitación. Esta era claramente para hacer cosas de adultos pero eso no fue lo que hicimos esa noche.

Hermanastros   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora