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Yoongi

Hacía bastante tiempo que no visitaba a mamá. Una sensación de nostalgia se apoderó de mi mientras conducía entre los espesos árboles de aquel bosque.

Jungkook se había quedado dormido, y yo disfrutaba oyendo sus pequeños ronquidos. El peli negro respiraba con profundidad, con el rostro iluminado por los rayos del sol.

En el momento en el que me dijo que quería conocer a mi madre algo en mi se revolvió. Verlo en la playa, con el pelo revuelto y sus ojos tímidos, sólo hizo que me enamorara más si eso era posible.

El día era soleado, aunque el viento era fuerte. Aparqué en el sitio de siempre y removí a mi acompañante.

-Jungkookie, ya llegamos.

El mocoso no daba señales de querer despertar, así que me acerqué a su rostro y besé sus labios.

Al principio era yo solo moviéndome contra su boca, pero al cabo de unos segundos sentí cómo me correspondía. Sus dulces labios encajaban perfectamente con los míos. Sonreí en medio del beso y le pegué una buena lamida a su labio inferior, haciendo que Jungkook se sobresaltara.

-¡Yoonie!- se quejó como un niño pequeño.

-Ya llegamos dormilón.

Ambos observamos el bosque que nos rodeaba. Los altos árboles eran de colores cobrizos y amarillentos, producto del otoño. Me bajé del coche y cogí nuestras cosas, ya que íbamos a pasar la tarde ahí.

-¿Esto cuenta como segunda cita?- preguntó Jungkook algo incómodo.

-Cuenta como presentación oficial de mi novio a mi madre- le dije mientras tomaba su mano.

-¿Y por qué su tumba está en el bosque?-preguntó curioso.

-Al enterarse de que tenía los días contados, mi madre quiso que su alma descansara aquí, en el viejo árbol. Yo solía escalar en él cuando me traían aquí.

Seguimos caminando, cargando con nuestros bártulos.

-¿Me podrías contar... Algo de ella?-preguntó Jungkook.

Yo asentí y apreté su mano. Sentía que podía contarle de todo a mi novio.

-Le detectaron la enfermedad cuando yo tenía trece años, ella... No dejó de luchar nunca, ¿sabes? Siempre me sonreía cuando le daban los resultados de alguna prueba. Nunca lloró delante mía o mostró dolor.

-Fue muy valiente.

-Lo sé. Cuando murió... Dejé los estudios. No tenía motivación en la vida y esto hizo que repitiera algunos cursos, por eso no voy a la universidad.

Jungkook asintió, manteniendo silencio.

Por fin llegamos al árbol. Era bastante grande, con raíces y ramas largas. Bajo éste había una pequeña lápida.

-Hola mamá- saludé. En este mismo día hace cinco años, la mujer que más quería en este mundo se fue.

Me abandonó. Sé que ella no lo quería, ya que yo era lo más importante en su vida junto a papá. Extrañaba sus besos antes de dormir, sus abrazos y palabras cálidas. Mamá...

-Yoonie...- Jungkook me abrazó, y cogiendo mi cara entre sus manos, apartó las lágrimas que comenzaban a aparecer.

-L-lo siento...- dije mientras cerraba los ojos.

-No te disculpes- dijo mientras besaba mi mejilla- pero debes presentarme ante tu madre.

Asentí y dando un paso adelante, rodeé la cintura de Jungkook con mi brazo.

Hermanastros   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora