Tiempo Atras.

5. Destino. +18

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"Era curioso, ayer me imaginaba en una vida junto a mi prometido, y ahora, solo deseaba que ese hombre me tomara. Que humor más negro tenía el destino."

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Deidara no supo como paso, o quizas, quería pensar que no supo como para no evitarlo porque tambien lo deseaba, oh, sólo dios sabia cuanto lo hacía.

Al negarse a responder, Itachi tomó por la cintura al Omega alzándolo sobre su hombro para después desaparecer por una de las puertas, sin que nadie intentara detenerlo, al menos hasta que Sasuke se sintió más libre de ordenar que evitaran que esos permanecerían solos.

Aún cuando sabia que nadie podia impedirlo.

Itachi no era el Lord solo por ser primogénito, si no más bien por su mayor dominio sobre otros Alfas.
Por mucho que doliera en su orgullo, Sasuke sabia que en una batalla por quien dominaba a quien, estaba clara la victoria, por ello mismo es que no podían impedirle a Itachi llevarse al Omega rubio con él, no cuando ahora estaba en su faceta más animal.

- ¡Debemos detenerlo Sasuke! Deidara esta en celo debem- -Su petición no paso de ser solo eso, una petición al percartse de la nula atención.

Su esposo, Sasuke, no le dirigía siquiera la mirada, parecía estar atrapado en sus pensamientos solo donde él tenia el control.

- ¡Sasuke! -Se atrevió a acertarle una bofetada que trajo de vuelta a su esposo, quien lo molesto- ¡Debes hacer algo, maldición! ¡Itachi podría cometer alguna estupidez! -

Ante esta posibilidad, Sasuke gruño y se quitó de encima a Naruto mientras pasaba sus dedos por el puente de su nariz intentando calmarse, y a su vez ideando una forma de evitarlo.
Al no encontrarla solo se desespero mas.

- ¡Maldita sea! ¡¿Porque mierda no mencionaste que ese tipo estaba en celo?! -Como punto de desahogo, decidió redirigir todo su enojo hacia Naruto, quien al inició lo miro dolido para después mirarlo con odio.

- ¡Él no lo estaba! Lo habríam... Espera, el acaba de entrar en celo, cuando se acercaban... -Los ojos, tanto de Sasuke como de Naruto se abrieron sin poder creer del todo lo que se plantaeaban como posibilidad- Si hubiera estado en sus inicios, los guardias lo habrían detectado cuando lo traíamos -Una vaga sonrisa apareció, pero no de felicidad, si no mas bien ante la ironia- Pero no lo hicieron -

Se miraron, y el sonido de de algo romperse junto a unos peculiares gritos, les dieron la respuesta... Una que a ambos no les agradaba.

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Cuando de manera imprevista había sido llevado a saber donde, el instinto mas básico de su confundida mente, había sido el intentar escapar pero, no tenia idea de que eso no detendría al Alfa que tenia frente a él.

Con poco más de nada de delicadeza, Deidara fue dejado en una de las camas de una habitación, que dudaba fuera de él a juzgar por los vestidos en los muebles, pero eso era lo de menos. Apenas tuvo tiempo de ser libre, el blondo se cubrió el cuello con una mano mientras que la otra intentaba cubriese de las aberturas que la yukata blanca dejaba expuestas.

De pronto, un silencio se alzo, un silencio que únicamente era roto por los pasos imponentes que el Alfa dejaba tras de sí.

Su mirada parecía fuego helado que se consumía en silencio, pero que era mas letal que ninguno otro dándole una sensación de opresión y excitación, ¿Porque negarlo? Estaba excitandose conforme se acercaba, conforme lo miraba lascivamente imaginando quizas la cantidad de cosas que podría hacerle.